La consellera de Agricultura, Elena Cebrián, plantea resucitar a la interprofesional citrícola Intercitrus como una de las medidas para mejorar la situación del sector, que este año ha vivido una de sus peores campañas en Castellón debido a las inclemencias climatológicas. Cebrián afirma que toda la labor que se pueda llevar a cabo «para dar una imagen de calidad» a la naranja y clementina de la Comunitat «es importante». Y esto podría materializarse a través de Intercitrus.

De hecho, la máxima responsable autonómica de Agricultura señala que a través de esta entidad «se podrían hacer campañas de promoción, de consumo». Esta era, precisamente, la principal labor de Intercitrus hasta que de-sapareció, hace más de un lustro, después de que en el 2011 cerrase su sede y despidiese a su personal lastrada por las diferencias internas y por la falta de ingresos, que provenían hasta antes de que estallase la crisis esencialmente de la Administración autonómica.

En este sentido, Cebrián ya mantuvo durante la primera jornada de Fruit Logistica, la feria agroalimentaria que se celebró en febrero en Berlín, los primeros contactos con las empresas para rescatar la interprofesional. Allí pudo hablar con el presidente de la Asociación de exportadores de Castellón (Asociex), Jorge García, quien se mostró de acuerdo con esta intención: «Nos parece bien, siempre que esté bien montado y se haga sin vetos».

integración // Esta es precisamente una de las claves, la capacidad para integrar a todos los actores. Aunque en un principio en Intercitrus estaban representados todos los segmentos del sector citrícola, con el tiempo se vetó a la Unió de Llauradors i Ramaders, posiblemente la organización agraria con más representatividad en la provincia de Castellón y mayoritaria en la Comunitat.

Esto, y las divergencias internas entre sus miembros, derivaron al final en una falta de efectividad de la interprofesional que motivó su desaparición. Por eso, la consellera señala ahora que, para conseguir reactivarla, «habrá que analizar bien qué paso y dar voz a todo el mundo: a los productores, a las organizaciones agrarias y a las empresas exportadoras», manifiesta.

De todas formas, esta es una posibilidad que está en sus primeros pasos y necesitaría de dinero público para echar a andar... y a la Conselleria no le sobra.