Fuera de lugar». Así ve el obispo de Segorbe-Castellón la arenga que el capataz de la cofradía de Santa María Magdalena hizo a sus compañeros durante la procesión del Santo Entierro, en la que les pidió levantar la imagen de la hermandad «por los caídos por Dios y por España» y «por la cruz del Ribalta, que nos quieren quitar». Es la primera reacción de la diócesis a una polémica ocurrida hace una semana y que ha marcado la agenda política municipal a lo largo de los últimos días.

En su comunicado, la institución que dirige Casimiro López Llorente afirma que frases de este tipo son «si cabe, más impropias en una procesión de Viernes Santo, en la que recordamos y celebramos la muerte de Jesús por el perdón de los pecados y por la reconciliación con Dios y entre los hombres, y que es tradición celebrar en un clima de silencio».

Por último, instan a no mezclar en un futuro cuestiones políticas con actos religiosos, como han pedido varias congregaciones de la Junta Local de Cofradías de Castellón. «Esperamos que las manifestaciones populares de piedad se vivan siempre como una expresión de la fe cristiana sin pronunciamientos de índole política», sentencian.

ÚLTIMOS EN REACCIONAR // El obispado de Segorbe-Castellón fue el último actor implicado en el conflicto en reaccionar, y lo hizo un día después de que lo hiciera la cofradía de Santa María Magdalena. La hermandad de donde salieron los gritos de la polémica también optó por dar explicaciones a través de una nota en la que lamentaba los hechos sucedidos en la procesión y pedía disculpas «a cuantos puedan haberse visto ofendidos» por los mismos.

En los últimos días se han sucedido las manifestaciones de rechazo a los gritos, que el equipo de gobierno de Castellón considera «exaltaciones franquistas». PSPV, Compromís y Castelló en Moviment secundan una declaración institucional de condena a estas afirmaciones. También han llegado críticas desde otras congregaciones que participaron en la procesión, que pidieron una «reflexión interna» en la junta de cofradías para evitar que este «error» pueda repetirse.