Después de mucho tiempo de gestación, la Federació de Dolçaina i Tabal de Castellón «empezó a caminar» ayer. Con esas palabras, entremezcladas de nervios y una inmensa alegría, resumió el presidente de la asociación, Adrián Nebot, la puesta de largo del nuevo colectivo castellonense que tiene a la dolçaina y el tabal como santo y seña.

En una plaza Mayor abarrotada, centenares de vecinos no quisieron perderse el bautizo de este flamante ente que ayer vivió su particular baño de masas. Fue un homenaje a todo lo que representa y moviliza estos dos instrumentos. «Una fusión de tradición, cultura y fiesta», explicó durante su intervención la alcaldesa de la ciudad, Amparo Marco, que encabezaba la delegación institucional presente en el acto.

Tampoco faltaron las reinas de la Magdalena 2017, Estefanía Climent y Berta Montañés, a quienes la federación quiso obsequiarlas con un detalle floral. Las madrinas y los presidentes infantiles dotaron de belleza al acto, mientras diferentes colectivos y secciones como Els Cavallets del Corpus, la agrupación El Ball Perdut o la Conlloga de la Muixeranga de Castellón actuaban bajo el son de la dolçaina y el tabal.