Hay palabras que se ponen de moda y a muchos listillos se les llena la boca con su utilización, aunque la mayoría no saben lo que significan de verdad. Este es el caso de hoy. Ambas son cualidades que ayudan a quien las posee. Para conseguirlas es importante educar a los niños con una buena autoestima y que generen una forma constructiva de enfrentarse a la vida, lo que les hará más felices.

La resiliencia es la adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o una situación adversa. Es la capacidad humana de asumir con flexibilidad estados límite y sobreponerse a ellos. Se trata de que cuando algo muy malo te sucede, no te hundas, sepas superarlo, le saques el lado bueno y salgas fortalecido del trauma que te ha golpeado. Como un junco que se dobla sin romperse y vuelve a su posición original. Si sufres esta experiencia extrema y tienes esta capacidad, sales fortalecido con una filosofía de vida más rica y positiva.

La proactividad es la actitud en la que el sujeto asume el pleno control de su conducta de modo activo, lo que supone tomar la iniciativa y desarrollar acciones creativas y audaces para generar mejoras. Es asumir la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan, decidir en cada momento qué queremos hacer y cómo lo vamos a hacer. Una persona proactiva tiene energía positiva, es responsable de su vida, cumple sus objetivos, es creativo, productivo, diligente, eficaz y audaz. Supone esfuerzo y trabajo duro, intenta resolver problemas en lugar de esperar a que otro los resuelva. Si las tienes, enhorabuena, estás de suerte.

*Notario