Los valores en materia de innovación, internacionalización y capacidad productiva de la industria castellonense, centrada especialmente en el sector de la cerámica, servirán de patrón para trazar en buena parte las líneas maestras de lo que será el nuevo modelo económico que prepara el Consell para la Comunitat.

Con el propósito de aglutinar propuestas cara a esta transformación del actual modelo económico, en el que se incide en aspectos como la necesidad de apostar por el empleo, la competitividad o la innovación, la Generalitat reunió ayer a representantes del tejido socioeconómico de Castellón a los que pidió que se involucren en la puesta en marcha de este nuevo patrón productivo que quiere implantar, basado también en aspectos como la sostenibilidad, el conocimiento, la «democratización» de las relaciones laborales, la superación de la economía especulativa y, sobre todo, se logre un mayor compromiso de las empresas en aspectos concretos como la cohesión territorial y social, como puede ser la lucha contra la pobreza.

La capital castellonense fue escenario ayer de la segunda jornada del ciclo de conferencias promovidas por el Conell para impulsar la reflexión y el debate en torno a la transformación del modelo económico valenciano. En esta ocasión se contó con la participación del catedrático y Premio Jaume I de Economía, Vicente Salas, quien señaló como un problema estructural el poco tamaño de las empresas. Salas analizó el tejido productivo y propuso cambios para fomentar la productividad y competitividad.

VALORES «ÉTICOS»

El acto congregó a unas 100 personas, especialmente procedentes del mundo académico, así como a empresarios y representantes sindicales, a los que se les pidió colaborar con el Consell y ayudar a promover un cambio del modelo productivo en el que se incluyen valores éticos y una corresponsabilidad en el marco social y económico.

El conseller de Hacienda y Modelo Económico, Vicent Soler, quien estuvo acompañado por el también titular de la Conselleria de Economía Sostenible, Rafael Climent, y la directora general de Sector Público, Empar Martínez, puso el acento en su intervención en la necesidad de abrir una reflexión al conjunto de la sociedad sobre un cambio de modelo productivo que debe superar la anterior etapa «para centrarse en una economía más social y participativa». Soler abogó por «poner en valor todas las aportaciones» que están recibiendo de agentes económicos y sociales «para buscar juntos una nueva estrategia». «En este proceso de cambio, la cerámica es para nosotros un modelo y un ejemplo en sí mismo», argumentó Soler.

El titular de Economía, por su parte, profundizó en la idea de «humanizar» la economía. «Las personas --dijo-- deben ser las protagonistas de este nuevo modelo productivo, que deberá ser sostenible en lo que concierne a lo social, económico y medioambiental». En este aspecto, «la modernización de las actuales estructuras pasará por la promoción de las energías renovables», explicó Climent, quien defendió la idea de «democratizar» las estructuras internas de las empresas y reformar el actual status quo de las sociedades, con mayor participación de los trabajadores en los beneficios de las compañías.

La alcaldesa de Castellón y profesora de Economía en la UJI, Amparo Marco, compartió la idea de «humanizar» el tejido productivo y de involucrar a los distintos agentes sociales, la Universidad y las instituciones, en el ánimo de transformar el actual modelo hacia otro más equitativo y social. Al respecto señaló que esta unidad de acción posibilitará los cambios que se pretenden.