Gaiatas, cofradías, fieles y devotos de Castellón acompañaron a la Mare de Déu de Lledó en su día grande, en una emotiva procesión durante la que no pararon de redoblar las campanas de la basílica. La Lledonera, la Mare de Castelló, hizo brotar muchos sentimientos entre los presentes, incluso lágrimas, del clavari Álvaro Ferragut. Con música de la banda municipal de fondo y el repicar de las campanas, la Verge de Lledó entro de nuevo a casa. //