La Confederación de Empresarios de Castellón --CEC--, pese a estar inmersa en un proceso concursal, quedar en manos de una gestora y arrastrar una deuda de más de 2,1 millones de euros --que ahora deberá negociar irremediablemente con sus acreedores y proveedores-- ha logrado durante los últimos meses conservar a más de 75% de sus socios que, en la última reunión y por mayoría, apostaron por su continuidad, pese a los cuatro votos que pedían su liquidación, entre los que se encontraba el de la patronal cerámica Ascer.

La votación entre las empresas y las asociaciones sectoriales presentes culminaron con 13 papeletas favorables a que la entidad continúe adelante, tres votos fueron en blanco y cuatro votos apostaron por la liquidación de la entidad, ahora a cargo de Néstor Pascual de manera interina.

La CEC, que ha logrado retener a una treintena de miembros pese a las bajas de las patronales del Transporte ACTM, del sector turístico Ashotur o el de los talleres de reparación de automóviles de Castellón Astrauto, sigue empeñada en sobrevivir pese a las dudas que ensombrecen su continuidad, que está a expensas de la resolución judicial que debe decidir sobre el proceso acreedor.

PLANES DE VIABILIDAD

En este sentido, el informe de la administradora concursal pone de manifiesto que la CEC puede tener viabilidad siempre que se reduzcan los gastos, con lo que podría encauzar la situación y dar un mensaje de tranquilidad al empresariado de Castellón, según señala ahora el máximo responsable de la Confederación, Néstor Pascual.

Pese a la decisión de entidades castellonenses que finalmente se han dado de baja en la CEC para dar el salto a la Confederación de Empresarios Valencianos -CEV- tras su conversión autonómica, cada vez son más las agrupaciones que apuestan por la doble presencia en ambas organizaciones empresariales.