El president de la Generalitat, Ximo Puig, reclamó ayer en la presentación de su candidatura para continuar al frente del PSPV, un partido «más fuerte» y «unido» para poder gobernar el Consell del Pacte del Botànic sin que la pérdida de credibilidad que supondría perder el respaldo orgánico de su formación pueda afectar a las tareas en el Ejecutivo.

Advirtió, además, de que le «cuesta pensar que haya motivos suficientes para plantear una alternativa» a su liderazgo, en clara referencia a la opción del sanchista alcalde de Burjassot, Rafael García.

Ximo Puig quiso escenificar con la presencia de cargos socialistas que siempre han apoyado al secretario federal, Pedro Sánchez --el síndico en Les Corts, Manuel Mata; la consellera Carmen Montón y el alcalde de Torrent, Jesús Ros, entre otros-- su mejor baza, la del nutrido grupo que votó a Pedro Sánchez en las primarias estatales, pero que está de su lado para liderar el PSPV.

Otra elección que no parece casual es la del Jardín Botánico de València como escenario para abrir la batalla de las primarias territoriales de los socialistas.

RUMBO AL 2019

Ximo Puig indicó que aspira a renovar la confianza de los socialistas valencianos y pidió a la los militantes le acompañen «rumbo al 2019», igual que Sánchez quiere poner el PSOE «rumbo a la Moncloa».

Rechazó cualquier posibilidad de bicefalia --una persona al frente del partido y otra distinta en la Generalitat--, y dijo que «no se pueden separar la realidad orgánica de la realidad institucional» del proyecto político, algo que ha sido «una tradición que se debe mantener». Dijo querer que Sánchez sea presidente del Gobierno y siga como secretario general del PSOE, así como que en el Consell, donde se trabajada en cogestión con Compromís, que a veces es «compleja», tiene que haber «un liderazgo claro».

No obstante, apuntó que estas primarias pueden ser una «oportunidad» para reforzar el socialismo valenciano y reclamó que el proceso sea «lo más abierto y lo más respetuoso posible», ya que no es tiempo de «acuerdos ficticios ni de cuotas», sentenció.

El máximo responsable del PSPV reveló que ya había comunicado a Pedro Sánchez su candidatura, al que reiteró su disponibilidad a colaborar con él para hacer «el mejor proyecto socialista» para la ciudadanía, contexto en el que añadió que intenta portarse bien con todo el mundo, «imagínense con el secretario general».

Anunció además que va a haber una dirección «extraordinriamente renovada, inclusiva», en la que va a contar «con todos y con todas», y defendió que necesita al PSPV «para gobernar», pues no es president porque sea independiente, sino «por ser socialista».

Ximo Puig hizo un llamamiento para lograr un PSPV de todos los militantes y protagonizado por toda la gente, «haya apoyado en el pasado a quien haya apoyado», que se construya «desde abajo hacia arriba», en lo que quiso describir como «la vía valenciana». El secretario general del PSPV, quien se definió como «un militante más», se comprometió a lograr un PSPV reivindicativo de un «federalismo practicante», que respeta y colabora «sin aceptar imposiciones», y señaló que este es «el mejor momento del socialismo valenciano en 22 años».

El socialista quiso recordar que hace solamente cinco años el PSPV era un partido «dividido y en la oposición», que solo pensaba en las «familias orgánicas», y aseguró que hoy solo piensan en «las familias valencianas» y adoptan medidas que benefician a la gente, algo que ha sido posible porque han estado «unidos».