No toleraremos que se meta miedo en el cuerpo a los directores con el plurilingüismo». Así de tajante se mostró este miércoles el conseller de Educación, Vicent Marzà, ante la comisión educativa de Les Corts, donde compareció «por voluntad propia» y sin esconderse «de nada» para defender, una vez más, «la plena legalidad» del decreto estrella de la legislatura, y su procedimiento, «impecable». Y agregó que «en cumplimiento de la suspensión cautelar tras el auto del TSJCV, el plan no se está desarrollando», recordando que «será la Conselleria, después de haber pedido un informe a la Abogacía de la Generalitat, la que dictará las instrucciones a los centros, porque es el órgano competente». «Es una irresponsabilidad decir que serán los directores los que no cumplirán la ley; y que se les vigilará», señaló.

El conseller reiteró que el auto emitido tras el recurso de la Diputación de Alicante «no es firme» y lo van «a recurrir al Supremo». «Creemos que hay un fundamento tanto jurídico como pedagógico y tenemos toda la tranquilidad del mundo», señaló, puntualizando, con respecto a las razones del recurso, que «todos los alumnos, estén en el nivel que estén, podrán optar a la certificación más alta», puntualizó.

RIFIRRAFE CON GASCÓ //

En una sesión en la que Marzà estuvo arropado por el secretario autonómico, Miguel Soler; y los directores generales, hubo un rifirrafe con la diputada del PP, Beatriz Gascó, que pidió una vez más su «dimisión» y le culpó del «caos que están viviendo los centros». «Esta es la norma más recurrida, criticada y cuestionada de la historia de la educación valenciana», señaló, especificando que el PP «no permitirá la desobediencia: la ley o se cumple toda o no se cumple».

Desde Cs, Mercedes Ventura pidió al conseller que explique su «plan B, si es que tiene», y le dio «un suspenso» a final de curso.

Desde el Govern del Botànic, Sandra Mínguez, de Podemos, pidió «más pedagogía para explicar el plan», sobre todo en las «zonas castellanohablantes», y censuró la «mala intención para confundir a la gente de otras siglas políticas». Por Compromís, Josep Nadal pidió a Marzà que «no desfallezca»; y desde el PSPV, Ana Besalduch remarcó que «lo irresponsable hubiera sido no lanzar el plan, que significa avanzar en lenguas y en igualdad».