La retirada de la cruz del Ribalta será el tema que centrará el debate político en el pleno del Ayuntamiento de Castellón de pasado mañana. A priori, el asunto será el más polémico, después de que ayer, en la junta de portavoces, tres peticiones de los grupos acerca del conflicto que se vive en Cataluña acerca del referéndum del próximo domingo quedasen fuera del pleno. La razón la tuvo que recordar la secretaria del consistorio: y es que el reglamento no permite que en el pleno se debatan asuntos de política general en los que el Ayuntamiento no tiene capacidad de acción.

Así, aunque, como les había pedido la secretaria, Compromís; Castelló en Moviment; y PP y Ciudadanos convirtieron sus respectivas mociones en declaraciones institucionales, ninguna prosperó. Las dos primeras fueron vetadas por el PP y el PSPV; y el PP y Cs, respectivamente. En cuanto a la tercera, PP, Cs y PSPV se han dado de plazo hasta hoy para tratar de consensuar un texto que pudiese alzar consenso y entrar en el pleno. Los socialistas proponen incluir la necesidad del diálogo en el texto, para que la judicial no sea la única vía de solución, algo a lo que, en principio, se oponen los otros dos grupos.

Aunque al final alcancen un acuerdo, en la práctica, es imposible que el texto entre como declaración institucional en el pleno del próximo jueves, dado que las posturas de los grupos chocan frontalmente en este asunto.

De nuevo, la cruz

De esta manera, el símbolo franquista, a propuesta del PP, volverá a debatirse en el pleno. Un punto que promete ser conflictivo, dado que los populares desean que continúe en la misma ubicación, al contrario de lo que ha dictaminado el informe del Consell. En la otra orilla, Castelló en Moviment ya ha pedido que sea destruida.