El próximo 29 de octubre se cumplirán 73 años de la inauguración de la cruz del parque Ribalta. Se alzó en 1944 en honor a los Caídos por Dios y por España y en 1979 la corporación municipal (con los votos a favor de PSOE, PCPV y EIC, la abstención de UCD y AP en contra) se cambió la leyenda y se dedicó A todas las víctimas de la violencia.

Ahora, 73 años después de su construcción y 38 de su modificación, el equipo de gobierno de Castellón (PSPV y Compromís), junto a su socio del Pacte del Grau, Castelló en Moviment, están dando pasos al frente para retirarla, en base al cumplimiento de la ley de memoria histórica. PP y Ciudadanos están en contra. División en la corporación municipal y división en la sociedad civil, con partidarios y detractores.

Un informe del comité técnico de expertos para la valoración de la retirada de los vestigios relativos a la Guerra Civil y la dictadura en la Comunitat, avalado por la comisión técnica de coordinación para la elaboración de un catálogo de vestigios relativos a la Guerra Civil y la dictadura, recomienda al Ayuntamiento de Castellón la retirada de la cruz del Ribalta «por ser un punto de concentración para la exaltación del franquismo en fechas concretas».

Y así dicen que lo harán, según se evidenció en el pleno de esta misma semana, en el que los socios del Pacte del Grau rechazaron una moción del PP para mantener la cruz en su lugar. Lo hicieron ante un auditorio tenso, con público a favor y en contra, y después de una campaña de presión de la plataforma en defensa de la cruz, con recogidas de firmas, llamadas telefónicas y envío masivo de correos para intentar frenar la retirada del monumento.

La portavoz del bipartito, Verònica Ruiz, hiló más fino este viernes, al anunciar que se reservará una partida de los presupuestos municipales del 2018 para sacarla del Ribalta.

El argumento: cumplir la ley de memoria histórica

El artículo 4.43 del Pacte del Grau, rubricado por PSPV, Compromís y Castelló en Moviment el 12 de junio del 2015, recoge el compromiso de «promover una política de reparación institucional con actos de homenaje a los represaliados del franquismo, la rehabilitación y musealización de un refugio público, la restitución de los restos mortales y la retirada de elementos de exaltación de la dictadura franquista».

También se apela al artículo 15 de la ley de memoria histórica, que «insta a las administraciones públicas a tomar las medidas oportunas para la retirada, en el ámbito de sus competencias, de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura».

Los expertos: «Es un signo de exaltación franquista»

La postura municipal respecto al futuro de la cruz del parque Ribalta se ha acelerado a raíz de recibir un informe de la dirección general de reformas democráticas y acceso a la justicia de la Generalitat, firmado por su director, José García Añón, con fecha 31 de julio. Un documento que, aunque no vinculante, recomienda su retirada argumentando que la cruz del parque Ribalta «es un monumento que sigue siendo en la actualidad un signo de exaltación de la Guerra Civil y de la dictadura, por ser un punto de concentración para la exaltación del franquismo en fechas concretas». «No tiene valor artístico y es un añadido artificial a un Bien de Interés Cultural».

El Grup per la Recerca de la Memòria Històrica de Castelló también ha elaborado un informe histórico al respecto, apuntando que, «en la ciudad de Castellón, pervive en el centro y insertada en un parque que es patrimonio cultural y natural, una cruz de los caídos que ha sido un lugar de exaltación del franquismo. Consideramos urgente la desaparición de este símbolo».

Las voces en contra: plataforma, PP y Cs

El inicio de gestiones por parte de la corporación municipal para abordar el futuro de la cruz del Ribalta, motivó la constitución, en el mes de marzo, de una plataforma en su defensa, que defiende que, desde 1979, la cruz está desligada de cualquier ideología política y solo es un símbolo cristiano. El colectivo se ha movilizado, sobre todo, en las redes sociales, donde ha conseguido miles de firmas de todo el país a través de una petición en Change.org que insta a no retirar la cruz. Tras el acuerdo plenario para no mantenerla en el parque alcanzado esta misma semana, anuncian que seguirán con su campaña y advierten que si finalmente se ejecuta la retirada, podrían interponer una denuncia al Ayuntamiento por prevaricación.

El PP y Ciudadanos también se han manifestado abiertamente a favor de mantener el monumento. Para los populares, como recoge su moción, «la intención de retirar la cruz no responde a la voluntad de cumplir con la ley de memoria histórica, ya que esta se cumple, sino a una maniobra electoral que precisa para ser llevada a cabo poner fin a los consensos alcanzados hace 38 años en una nueva muestra de persecución de los símbolos católicos».

En su moción, además, instaban al órgano municipal competente «a restablecer la inscripción de 1979 que hace referencia a todas las víctimas».