Un reciente informe realizado por la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, sitúa en prealerta por sequía a la zona norte de la provincia debido a la falta de recursos hídricos a raíz de las escasas lluvias. Este documento refrenda la problemática que viven, en especial, las comarcas de Els Ports y el Alt Maestrat y da un respiro a la zona de la Plana, ya que considera que los niveles de agua acumulada están dentro de los índices establecidos como normales.

La escasez de precipitaciones se ve con gran preocupación en municipios como Morella, Vilafranca o Ares, donde sus máximos responsables confían en que llueva pronto y se llenen los pozos para evitar la aplicación de medidas restrictivas en el consumo. La situación es tal que el Ayuntamiento de la capital de Els Ports mandó días atrás un mensaje por WhatsApp a los vecinos para concienciar sobre la correcta utilización del agua y la revisión de cualquier fuga con el fin de no malgastar ninguna gota.

A este respecto, el último Consejo Agrario de Morella trató, como punto principal, la sequía que sufre el municipio y el rendimiento que dan las infraestructuras de abastecimiento de agua. Así, la balsa de la Fábrica Giner es, actualmente, el punto más eficiente para recoger agua y distribuirla. En cambio, la balsa del Peiró sufre las condiciones climatológicas y está seca. El concejal del área de Desarrollo Rural, Rafael Pallarés, indicó que este tipo de instalaciones son «muy necesarias para cuidar este sector y luchar contra la despoblación que sufren las zonas rurales».

Por su parte, el alcalde de Vilafranca, Óscar Tena, confía en que el pozo que acaba de adjudicar la Dirección General del Agua de la Conselleria, por valor de 950.000 euros, permita «solucionar cuanto antes este problema», porque están «muy justos de agua».

Sin duda, uno de los municipios más afectados por la sequía es Ares, donde todas las semanas suben cubas de Albocàsser para abastecer a la población, ya que sus pozos están secos. El primer edil, Abelardo Tena, calificó de «fatal» la falta de agua que están sufriendo y confío en que llueva «cuanto antes». Y es que la Diputación Provincial de Castellón construyó un pozo este año, pero cuando concluyeron las obras ya no llovió, por lo que no se ha podido llenar. Ahora viven en la localidad poco más de 40 vecinos, pero la población se dispara durante las vacaciones.