La mayoría decidió que el valenciano no fuera requisito indispensable para obtener el título de grado, así que corresponde al rector de la UJI, Vicent Climent, buscar fórmulas que generen un nuevo consenso». Es la rotunda reflexión de uno de los miembros del Consell Social, máximo órgano de representación de la sociedad castellonense en la universidad, sobre la votación que tumbó la propuesta de Climent de exigir el mitjà como condición indispensable para que los alumnos de las 32 carreras obtengan su título.

Su postura es muy similar a la de otros integrantes de un consejo celebrado el lunes y en el que 14 personas se opusieron a la medida del rector, por tan solo cinco que la respaldaron --cuatro personas del equipo rectoral y el representante del Ayuntamiento de Castellón, Enric Porcar--. Dos sindicalistas se abstuvieron en la que era la primera votación que incluía el requisito lingüístico en un plan de estudios, en este caso de Enfermería.

El compromiso de Climent de retornar la propuesta al Consell de Govern abre ahora un escenario nuevo y todos los asistentes al Consell Social consultados exigen al rector que reflexione y vuelva a la senda del diálogo, pues entienden que la medida, tal y como se planteó inicialmente, es maximalista.

OPCIONES // En este sentido, afirman que hay margen para el acuerdo y sugieren que una de las opciones más razonables sería que el idioma cooficial no fuera requisito indispensable para obtener el grado, sino simplemente una opción. «Estoy de acuerdo en que forme parte de los planes de estudios, incluso de que la universidad destine recursos a facilitar que sus alumnos aprendan valenciano, pero no a que se convierta en una obligación para nadie», sostiene otra de las fuentes consultadas por este periódico.

Esta misma persona cuestiona la labor del equipo dirigente de la UJI porque, en su opinión, «esta medida habría creado un problema donde no lo había, pues hasta ahora castellano y valenciano han convivido sin conflictos en la institución». Máxime cuando, añade, «apenas un 20% de las clases se dan en valenciano».

Uno de los argumentos de quienes se opusieron a la medida fue el hecho de que dificultaría la captación de alumnado procedente de fuera de la provincia de Castellón, que actualmente ya supera el 35% (más de 5.000 de los 14.424 estudiantes este curso). «Si la universidad debe ser un motor de transformación económica ha de ser capaz de atraer talento de otras regiones, y el requisito lingüistico va en sentido contrario», aseguran varios consultados.

El rector de la Jaume I ya puso blanco sobre negro su voluntad de imponer el valenciano para obtener el grado en el plan de multilingüismo del 2016.

De hecho, a partir de entonces se dio la orden a todos los departamentos para que prepararan una modificación de los programas docentes, y el plan de estudios de Enfermería era el primero que se votaba.