Los buenos precios que se han registrado en la primera parte de la campaña citrícola, que se encuentra en su recta final, ya que apenas queda clemenules en el campo, se contagian a la segunda parte de la temporada, que está arrancando «muy bien», afirma el responsable de cítricos de la Unió de Llauradors, Carles Peris. Tanto es así que ya hay cotizaciones para muchas variedades tardías, y están siendo elevadas.

Según la Lonja de Cítricos de València, ahora mismo ya se están cerrando tratos de hernandina, cuando esta variedad comienza a recolectarse a mediados de enero; y lo mismo sucede con las cuatro variedades de híbridos, cuando el año pasado a estas alturas tan solo cotizaban dos, y ello a pesar de la falta de fruta.

Y es que, este año, «el mercado ha tirado muy bien, hay muy buena demanda», señaló ayer Peris en el tradicional encuentro navideño con los medios de comunicación. Esto, unido a que, debido a la caída de producción, la naranja tiene buen calibre y apenas se ha echado a perder por la ausencia de lluvias, ha motivado que «prácticamente toda» se haya exportado, apunta el experto.

Así, esta campaña comportará «una inyección de ánimo» para el agricultor, a pesar de que habrá que esperar a las liquidaciones para contrastar los ingresos por la merma de tonelaje. Y es que, con tratos de clemenules «de hasta 40 céntimos el kilo» --aunque con «el 80%» por debajo de 0,3 euros--, la temporada permitirá al campo «recobrar el ánimo».