Vuelve a la actualidad la cruz del parque Ribalta y el debate sobre su futuro, y regresan los actos vandálicos sobre el monumento. Púdrete Franco es la frase que pintaron ayer en el que es el cuarto ataque al monumento durante el último año. La pintaron en una semana en la que se ha insistido en la intención de reubicarla para desarrollar en su lugar un proyecto arbóreo, a raíz de los últimos acontecimientos en la localidad alicantina de Callosa de Segura, donde se inició la retirada de una cruz similar, que paralizó después el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat.

Fuentes municipales explicaron que ya se había dado orden a la empresa encargada de las labores de mantenimiento para que limpiara esta nueva pintada.

A su vez, la plataforma contra el derribo de la cruz del Ribalta condenó los hechos. El presidente de este colectivo, Javier Torres, censuró en un comunicado este ataque «a un símbolo religioso que identifica a los cristianos, mayoría social de la ciudad de Castellón». Además, pidió a la alcaldesa, Amparo Marco, «que detenga la lucha contra los símbolos religiosos, ya que está abocando a la ciudadanía a la crispación». Y reclamó que la cruz del Ribalta se mantenga en su emplazamiento actual. Esta es prioridad, aunque esta misma semana Torres aseguró a este periódico que intentará explotar la vía del diálogo y que, como última opción, se podría aceptar una reubicación del monumento.

La plataforma también demanda «que se restablezca el rótulo que tenía dedicado a las víctimas de la violencia, tal como acordaron en el pleno municipal el Partido Comunista, la UCD y el PSOE-PSPV en 1979». Su voluntad es «mantener el espíritu de reconciliación que motivó la modificación de 1979, dedicando el monumento a las víctimas de cualquier violencia, sin importar su condición religiosa».

otras pintadas // Antes del acto vandálico de ayer, se produjo otro el 18 de noviembre del año pasado, con una pintada con el lema Fora símbols feixistes. En este caso, la cruz también apareció pintada de rojo, simulando la sangre. Un incidente que se produce después de que las Brigadas Antifeixistes de Castelló reivindicaran otras pintadas en la fuente de la plaza Mayor, que también tiñeron de rojo. Fora símbols feixistes se pintó también el pasado mes de julio, acompañada del símbolo de la hoz y el martillo.