El jabalí libra una guerra de guerrillas en varias zonas de Castellón. Saquea huertos y cultivos, ocasiona accidentes de tráfico en la carretera y se pone a salvo en el monte, refugiado entre la maleza de las fincas abandonadas y las zonas vedadas a la caza. La invasión no es nueva, pero el problema ha ido a más en los últimos años. Porque cada vez es más frecuente encontrar uno de esos ejemplares paseando tranquilamente por la Marjal de Peñíscola o la urbanización La Parreta, muy cerca del Desert de Les Palmes. Tanto que incluso la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente ha reconocido en varias ocasiones que el jabalí es una plaga y ha activado medidas para atajar la superpoblación.

Aunque no hay una estadística oficial, se estima que en la provincia existe una población de entre 20.000 y 25.000 jabalíes. De hecho, se trata de un animal que no tiene depredadores naturales y que se reproduce con muchísima facilidad. Ante los problemas de superpoblación, suele salir de su hábitat normal para buscar todo tipo de alimentos.

Pese a que los agricultores llevan un par de años denunciado los daños que estos animales causan en los cultivos, el problema sigue sin estar resuelto. «Agricultores de Peñíscola, Santa Magdalena, Alcalà de Xivert y Torreblanca nos están llamando por los continuos ataques a sus cultivos», explica José Vicente Guinot, presidente de la organización Fepac-Asaja, que asegura que la situación es muy preocupante.

Aunque desde la Federación de Caza son partidarios de ampliar las batidas, la Conselleria se decanta por otras opciones. En el Desert de Les Palmes, donde se estima que la población de jabalíes alcanza los 750 ejemplares, se ha optado por una gestión cinegética que llaman «técnica», y que pasa por poner condiciones a los cazadores.

Cabras en Morella

El jabalí no es la única especie cuya población se ha disparado en los últimos años en Castellón. A los conejos y cabras montesas les ocurre prácticamente lo mismo. Y un ejemplo es lo que sucedió hace tan solo un par de meses en Morella, cuando un gran macho montés se dejó ver durante unos días por los aledaños del casco antiguo de la capital de Els Ports.

La Delegación Provincial de Caza estima que hay zonas en els Ports en las que se triplica la densidad idónea de ejemplares. Un dato. La cifra estándar está entre 7 y 10 cabras por kilómetro cuadrado, cuando en Morella, y según sus cálculos, se presume que se llega a las 25.