Las obras de rehabilitación de la casa prioral colindante a la Basílica de Lledó ya han finalizado. Iniciadas en noviembre, paralizadas a final de año por la demora en la llegada de las vigas, y retomadas después, se ha conseguido tener el espacio en condiciones para las próximas fiestas de Lledó, que se celebran el primer fin de semana del próximo mes de mayo.

Así lo explicó el concejal responsable de Ermitas, Enric Porcar, satisfecho con la actuación, que tenía que abordarse «de forma urgente» por seguridad, ya que las vigas estaban en muy mal estado y el primer piso de la casa crujía al andar por el mismo. Ahora, han sido sustituidas por 53 vigas de madera de pino.

El Ayuntamiento, propietario del inmueble, ha sufragado los trabajos, que han tenido un presupuesto de unos 60.000 euros.

LA INTERVENCIÓN //

Durante las obras, se ha intervenido en los forjados de la primera y segunda planta, y en la cubierta, solucionando el problema estructural del histórico edificio, que tuvo que ser apuntalado al detectarse que el pavimento de los pisos no era firme. En base al proyecto básico y de ejecución realizado para acometer las obras, las vigas estaban muy deterioradas, algunas incluso rotas, o con fisuras. La superficie total a rehabilitar ha sido de 181,76 metros cuadrados (143, en la zona de la cubierta; 19,35, en el forjado de la primera planta; y otros 19,35, en el segundo piso).

El concejal responsable de la intervención, Enric Porcar, insistió tras su visita para supervisar la finalización de las obras en que la casa prioral, que forma parte del conjunto de edificios que forman el bien de relevancia local de la Basílica de Lledó, requería de esta rehabilitación «de forma urgente» para dotarla de seguridad.

VARIOS USOS DEL INMUEBLE //

La vivienda está situada perpendicularmente a la izquierda de la fachada del templo. En la misma, tiene su residencia el celador municipal de Lledó, también hay espacio para el prior de la basílica, la Real Cofradía de Lledó y una zona de atención al público.