IRIS MACÍAS

Iris Macías hace unos meses que sufre en sus propias carnes el frío polar. Disfruta una beca Erasmus en Finlandia, país que escogió porque «buscaba una cultura muy diferente a Castellón». Esta estudiante de ADE de 23 años es inquieta por naturaleza, y ya ha realizado prácticas veraniegas en Vietnam y Londres. Quiere mejorar su ya buen inglés para, en un futuro, aspirar a un trabajo que le permita seguir viajando mucho. No obstante, es una enamorada de su ciudad, de la que echa de menos sobre todo el sol.

SARA Y ROBERTO

Este matrimonio de Els Ports -ella de Vilafranca, él de Morella- vive en Texas desde un año. Sara realiza un posdoctorado en la University of North Texas, y Roberto no dudó en seguirla, atraído por las buenas expectativas laborales de una zona sin apenas desempleo. ¿Volver? Ella tiene tres años de contrato. Después, ya se verá, aseguran.

ELENA PASCUAL

Elena Pascual se marchó de la provincia hace apenas dos meses. Su destino fue Liverpool, y a los tres días estaba trabajando como camarera. Ya ha tenido dos empleos y dos casas, y afirma que en apenas sesenta días le ha pasado «de todo». Su objetivo es trabajar --en Castellón estaba desempleada-- y mejorar su nivel de inglés antes de volver.

ALBERTO LUCENDO

En el 2015, Alberto Lucendo decidió dejar su zona de confort y su trabajo en Castellón e irse, nunca mejor dicho, con la música a otra parte. En concreto, a Berlín. Este cambio le ha permitido mejorar a nivel profesional y pasar de la producción a la composición de música para cine. Además, ha iniciado un proyecto en solitario como músico. «En Alemania, los trabajadores del sector cultural están mucho más respaldados, tienen más apoyo», asegura, y añade que «a nivel profesional, Berlín es el lugar ideal para mi carrera».

ANNA GARCIA

La vila-realense Anna Garcia es, entre los jóvenes, de las veteranas del exilio. Hace siete años y dos meses, esta arquitecta dejó la Plana Baixa para trabajar en un estudio de Amberes (Bélgica). «Vine con una beca de seis meses, y siempre he pensado que no venía para siempre y que si estoy aquí no es tanto por la crisis sino por una opción personal, pero es evidente que la situación en España no es favorable para desarrollar mi profesión», apunta.

Destaca lo «provechoso» de su experiencia laboral en Bélgica, en especial porque ha logrado trabajar con edificios de obra pública y participar en algunos proyectos de urbanismo participativo. «Los vecinos toman partido y dan su opinión a los arquitectos, y es algo muy enriquecedor que en España apenas comienza a darse en las grandes capitales», explica. Su ambición es regresar, aunque sabe que no lo tendrá fácil.

PATRICIA MENDOZA

Patricia Mendoza es un caso de éxito. Se fue a Francia hace apenas cinco años con una beca Leonardo y, desde hace aproximadamente tres años, es delegada ministerial de Derechos de Mujeres e Igualdad en el departamento de Vendée, situado en el oeste del país vecino. Es decir, se dedica, en sus palabras, a «poner en práctica las políticas de igualdad del gobierno francés en mi zona».

Cuando se le pregunta por un hipotético regreso, apunta que le gustaría, «pero con buenas condiciones», por lo que es clara: «en la actualidad ni me lo planteo». ¿El motivo? Que en España «no hay empleo vinculado a la igualdad». Mendoza indica que el problema no es tanto de legislación --de hecho cree que leyes como la de Violencia de género o de Igualdad fueron en su momento «pioneras en Europa»-, sino de la posterior aplicación de la normativa, que considera «muy insuficiente».