La Universitat Jaume I (UJI) no tiene previsto arbitrar ningún protocolo adicional para evitar un mastergate tras las supuestas irregularidades del máster que cursó la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes.

Desde la UJI indican que «los procedimientos actuales garantizan que no pueda producirse un caso como el de Cifuentes» en la universidad pública de Castellón. De hecho, «no debería haberse producido en ninguna universidad pública española».

Desde la UJI señalan que «los másteres oficiales están sometidos a procesos de acreditación por parte de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), cuyos evaluadores pueden pedir en el proceso copias de los trabajos de final de máster (TFM), así como de los exámenes y las actas correspondientes, y su ausencia o falsedad implicaría lógicamente la pérdida de la acreditación oficial, cosa que no ha ocurrido nunca en esta universidad», subrayan. Además, recuerdan que todo TFM debe ser custodiado por la dirección del máster, pero también por el profesor que lo tutoriza.

La asistencia al máster presencial se controla con las hojas de firma mientras que si es on line existe un registro informático del trabajo en el aula virtual, del consumo de contenidos y se realizan pruebas de nivel, según informaron las mismas fuentes.

«VERGONZANTE» // El presidente del Consell de l’Estudiantat de la UJI, Jorge Ribes, señala: «Francamente, pienso que lo sucedido en la Universidad Rey Juan Carlos ha sido una excepción. Una intolerable y vergonzante excepción, pero creo que, por lo general, en la UJI existen mecanismos de control bastante competentes».

Tampoco la Conselleria de Educación tiene previsto por ahora incorporar cambios en los másteres, ya que «son las universidades las que establecen los protocolos de control y por el momento son estas las que responden sobre los mecanismos de garantía».

Asimismo, los controles para evitar el plagio en los trabajos de fin de carrera o de máster son responsabilidad del tutor, además de los miembros del tribunal, que son expertos en la materia, según fuentes de la UJI.

En el caso de las tesis, también existe un proceso de evaluación externa por parte de dos expertos de fuera de la universidad.

Cuando se detecta un plagio, manifiestan, se retira el trabajo. Así, un profesor explicó el caso de una alumna a la que se le obligó a no presentar su tesis por este motivo. En este caso, fuentes de la UJI indicaron que no pueden ser tan taxativos como para asegurar que no se pueda producir nunca, si se detecta a posteriori, ya que el volumen de información es cada vez más elevado y pueden darse casos en los que el tutor, los evaluadores y el tribunal no detecten el fallo, pero es realmente muy difícil.

«El Código Ético de la Universitat Jaume I condena el plagio de manera expresa y si se detectara algún caso a posteriori (cosa que no se ha producido nunca) se abriría una investigación que podría conllevar la retirada del título correspondiente», concluyen desde la propia UJI.

La Universitat Jaume I tiene previsto ofertar el próximo curso 1.551 plazas para cursar másteres oficiales. Este curso la oferta de másteres oficiales abarca 44 títulos: 14 de la Escuela Superior de Ciencia y Tecnología, seis de Salud, 14 de Humanas y Sociales y 10 de Jurídicas y Económicas. Este curso se han matriculado 1.454 alumnos, según los datos provisionales, una cifra similar a la del anterior, cuando fueron 1.456. El pasado curso colaboraron en la formación teórica y práctica impartida en los másteres 496 personas de otras universidades y empresas.

CORTS // El mastergate ha tenido eco en les Corts. Los exdiputados de Ciudadanos no adscritos han presentado una iniciativa a la Mesa en la que piden fijar controles que permitan verificar la información que los diputados incluyen en los currículos que publica la web del Parlament.