Los municipios costeros con zona de marjal miran al cielo sabedores de que, si en las próximas semanas llueve de forma intensa, la eclosión de mosquitos cara al verano será incontrolable con los tratamientos terrestres, que son los únicos que se siguen en la actualidad. La opción más idónea ante grandes encharcamientos de agua es la de los vuelos antimosquitos, pero el proceso de autorización definitiva, por parte de la Conselleria de Sanidad, resulta complejo, como quedó plasmado el pasado año en los tratamientos aéreos realizados de forma excepcional en el paraje natural del Prat de Cabanes-Torreblanca, que se retrasaron por motivos burocráticos.

La mayoría de municipios con marjal, como es este propio caso o el de Almenara, Moncofa y Nules, cuentan con planes aéreos de fumigación autorizados de forma preventiva, aunque para llevarlos a cabo definitivamente hay que seguir un protocolo que resulta bastante lento si la eclosión de mosquitos es ya una realidad.

«Como las temperaturas han subido ya llevamos unas semanas intensificando los tratamientos, de todos modos, en caso de llover antes del verano y producirse acumulaciones de agua, sería necesario el tratamiento aéreo», explicó Rubén Bueno, responsable de Lokímica, empresa que tiene la concesión en el control de la plaga de mosquitos en la mayoría de municipios del litoral.

Procedimiento

Para poder llevar a cabo los vuelos antimosquitos, las localidades requieren de una preautorización, que deben reactivar si se considera que los medios terrestres son insuficientes para controlar la plaga de estos molestos dípteros. Una vez se remite el plan a seguir, los inspectores de Salud Pública y entomólogos de la Universitat de València acuden a la zona para comprobar in situ las áreas donde se ha solicitado poder actuar.

Y es que tanto ayuntamientos como vecinos llevan años reclamando que este tipo de técnica se realice de forma periódica para garantizarse que en verano la proliferación de mosquitos no supondrá una plaga sin control, generando numerosas quejas. De todos modos, la legislación que regula la aplicación de tratamientos desde el aire es muy estricta y obliga a seguir un protocolo concreto, especialmente, si hay población cerca.

De forma paralela a los controles, los ayuntamientos ya están programando charlas vecinales para dar consejos sobre cómo prevenir la eclosión de larvas, especialmente, en el caso del mosquito tigre que se reproduce en entornos domésticos.