Castellón ha consolidado un patrón de crecimiento equilibrado en el último año, una situación a la que le ha llevado la mejora, en mayor o menor medida, de prácticamente todas las variables económicas, con un pujante mercado exterior que mantiene incrementos anuales por encima del 6%, un turismo con cifras de récord y un dinamismo empresarial que, si bien atenúa el nervio mostrado a lo largo de los dos años anteriores, sigue acumulando números en positivo que confirman la recuperación, un buen momento económico que, pese a todo, no ha logrado el efecto deseado en un empleo lastrado por la alta precariedad y bajos salarios en un contexto social de anomalías demográficas fruto del envejecimiento y la despoblación.

Los avances en materia laboral en el último año --que ha reducido la tasa de paro hasta el 16,8%, según la EPA-- han puesto a tiro bajar de los 40.000 inscritos en las oficinas de empleo y situar el número de afiliados a la Seguridad Social en los 222.721 en el 2017, lo que no sucedía desde hace una década. Pese a todo, la cuantía de las cotizaciones no recuperan el terreno perdido en un contexto que ha puesto en boga términos surgidos en los últimos años como trabajadores pobres o brecha salarial, argumentos sindicales para recobrar un pulso a la calle que la crisis silenció.

En este escenario de claroscuros, la recuperación es un hecho desde el momento en el que la tasa de desempleo evoluciona a la baja, más allá de la calidad del empleo que se crea. Por otro lado, las exportaciones marcan una clara tendencia al alza con pujantes mercados, como es el caso estadounidense, con incrementos anuales que rozan el 25% o, de otra parte, el freno en otras regiones, como sucede con Argelia y sus medidas restrictivas frente al azulejo. Todo un aviso de la creciente complejidad de un tablero geopolítico internacional que mueve su eje hacia el Extremo Oriente.

Exportaciones y turismo han vuelto a despuntar como motor del crecimiento en la provincia en el último año, con una clara tendencia hacia la recuperación del consumo interno. 2017 fue un gran año turístico por número de viajeros y pernoctaciones. A esta favorable situación se le añade un incremento de los flujos de turistas españoles a una provincia que tiene en la demanda interna una de sus grandes bazas.

AVE, CORREDOR Y AEROPUERTO

La llegada del AVE a Castellón, con dos frecuencias diarias de ida y vuelta a Madrid, ha sido uno de los principales hitos en materia de infraestructuras ferroviarias en el último año. Por contra, las obras que permitieron la llegada de la alta velocidad vinieron salpicadas en el 2017 por la afección en los servicios de cercanías, con alteraciones de horarios y la suspensión de líneas. Y en este contexto de las comunicaciones, el aeropuerto de Castellón cerró 2017 con un tráfico de casi 150.000 pasajeros, un 36% más que el año anterior. Fueron los logros previos a un arranque del 2018, aciago para esta infraestructura, sin nuevas rutas que apuntalen su despegue.