Quien haya visitado Vilafamés en alguna ocasión, conocerá perfectamente la Roca Grossa. Quien no lo haya hecho, ya está tardando en disfrutar de una localidad declarada Bien de Interés Cultural desde 2015 y considerada como uno de los pueblos más bonitos de España.

Uno de los puntos de más atención despierta en Vilafamés, aunque sea solo por su tamaño, es la Roca Grossa. Estamos hablando de una mole de rodeno de 2.163 toneladas de peso, 832 metros cúbicos y una inclinación de 34° sobre el estrato, así que no pasa precisamente desapercibida. Ubicada a las faldas de la iglesia parroquial, al mismo tiempo calle principal de la población, la calle de la Font. Todo un atractivo turístico que no se puede perder quien acude a la población de la Plana Alta.

Justo a un costado de este misterio de la naturaleza se puede leer, pintado sobre azulejos, y a modo de conmemoración por parte de la comisión de fiestas de Vilafamés del año 1996, algunos datos sobre la misma: peso, volumen, composición, datación…

La roca de los tres deseos

Cuenta también la leyenda, que tras tocar esta gigante roca se pueden solicitar tres deseos, de entre los cuales la gigantesca piedra solo concederá uno.

La relevancia de este peñasco de enormes dimensiones es tal en Vilafamés que su composición de arenas de Rodé (tierras de aspecto rojizo de silíceo), da un curioso apelativo a sus habitantes, ‘cul roig’. La historia en cuestión relata que los pobladores decideron hace mucho tiempo trasladar sus viviendas a un lugar llano. Con este propósito ataron sus casas con una fuerte cuerda y comenzaron a tirar de ellas, pero al llegar a la Roca Grosa, resbalaron con su característico barro rojizo, quedando sentados en el suelo.

El peñasco es tan solo uno de los atractivos de los que puede presumir Vilafamés, una población cuyos vestigios se remontan a la era del hombre de Neandertal, entre los años 120.000 al 80.000 antes de Cristo. También se encuentran restos de la Cultura Magdaleniense Superior Final (13.000-12.000 a. C.), los cuales fueron hallados en la conocida como Cueva Matutano, una cavidad de unos 70 m2 ubicada en la parte posterior de una vivienda de la zona centro del pueblo, además de algunos poblados íberos que circundaban la localidad. Vilafamés fue en el pasado una villa de origen islámico, la cual fue conquistada por Jaime I en 1233. Mucha historia, en la que por supuesto también destaca su castillo, que tuvo un papel protagonista en las Guerras Carlistas, sufriendo entonces grandes destrozos y siendo restaurada dentro después.

Fuente: '50 lugares mágicos de la Comunidad Valenciana', de Jorge Sánchez