La Guardia Civil detuvo la pasada semana a un castellonense en la Vall d’Alba, después de que este destrozara un radar móvil a la altura de La Pelejaneta. La zona estaba limitada a 60 km/h, y el propio afectado, César Ortiz, cuenta en redes sociales su versión de los hechos: “No sé qué me pasó por la cabeza, que no pude evitar parar mi vehículo al lado del de la Guardia Civil, y pregunté amablemente qué límite había. Y me respondió con malas maneras que era problema mío, y le pregunte de nuevo, no te da vergüenza hacer este trabajo… A lo que le respondí, pues mira qué hago con tu trabajo, agarré el rádar y lo golpeé contra el guarda rail. Dos veces fueron suficientes para destrozarlo”.

Según ha podido comprobar Mediterráneo, el individuo fue realmente detenido por la benemérita por un delito de daños en la vía pública, y tuvo que prestar declaración en el juzgado, abriéndose por tanto diligencias previas. Asegura el citado César que pasó una noche en el calabozo y reivindica que su controvertida actuación “no fue contra la Guardia Civil, sino contra el sistema”.

Después de un amplio alegato defendiendo públicamente su contundente actuación contra el rádar de nueva generación Velolaser, instalado recientemente por la Dirección General de Tráfico, en presencia además de una patrulla de la Guardia Civil, el castellonense de 52 años pide ahora “ayuda para pagar los 14800€ que vale el radar” y asegura que “cualquier ayuda será bienvenida”, no aportando, eso sí, prueba documental de la sentencia judicial que le condena a abonar esta cantidad.