¿Se imaginan tatuarse al personaje de su serie preferida? ¿O al cantante que más le emociona? Pues esto es lo que se lleva a la hora de los tatuajes en Castellón. Tres de los mejores tatuadores de la provincia relatan en ‘Mediterráneo’ sus experiencias y confirman que “el realismo” es a día de hoy la tónica predominante en sus trabajos.

“He hecho desde El Sevilla de los Mojinos Escozíos hasta a Bunbury, pasando por el luchador McGregor, el personaje de Rick de ‘Walking Dead’ o el rapero Kase.O”, confirma Israel desde De Marcos Tattoo, que posee un estudio por el que han pasado futbolistas como Bruno Soriano, Samu Castillejo, Darder o Denis Suárez, o personajes televisivos como Rafa Mora o Iván González: “Son todos muy llanos en el trato, pero al final lo importante no son los famosos, sino la clientela del día a día”.

Israel, que comenzó pintando cuadros, confiesa que el fallecimiento de su padre hace un año fue el detonante para cambiar los pinceles por las máquinas de tatuar. Por lo que cuenta no le va nada mal: “Creía que no se podía vivir de esto, pero no me puedo quejar. Tenemos hasta que cortar clientes y nuestra lista de espera hoy es de más de un año”. Añade además que el precio de los tatuajes “oscila entre los 50 a los 700 euros, dependiendo de las horas de trabajo”. Sobre el dolor que puede provocar esta práctica asegura que “se ha avanzado mucho. Las mujeres aguantan más que los hombres, pero hay zonas como el empeine y las costillas que duelen más”.

Coincide Ezequiel, desde Zeta Tattoo en Segorbe, a la hora de señalar que “el realismo es hoy lo que más pide la gente”. La lista de personajes tatuados por Ezequiel es también cuanto menos curiosa: “He hecho un poco de todo. Desde Lobezno al rapero Wiz Khalifa o incluso la entrada de toros de Segorbe que me pidieron cuando empezaba unos turistas islandeses que vinieron a Segorbe”. Confirma, eso sí, este reputado artista que en ocasiones se ha negado a realizar determinados trabajos: “Cuando veo que no va a quedar bien o que se van a arrepentir en un futuro, no lo hago”. Ezequiel subraya que tiene clientes “de todas las edades”, siendo el más longevo de 72 años: “Me pidió el retrato de su mujer”.

También emite su opinión especializada John, desde Dacapo Tattoo: “Al margen del realismo, que es lo que está más en auge, también nos piden muchos tatuajes tradicionales, el clásico americano”. Como rareza, recuerda desde este establecimiento de Castellón que en una ocasión realizaron “un brazo de tinta entero, sin dibujo, ni motivo, ni nada. Solo se veía tinta”. En su estudio, afirma John, se ha tatuado “en todas las partes del cuerpo, incluidos los genitales”. Tampoco se descartan clientes por edad: “Los menores a partir de 15 años pueden venir con el consentimiento paterno, y vienen ‘abueletes’ a hacerse familiares”. En su estudio trabajan hasta cinco tatuadores y confirma que tienen clientes “de media España. Ahora se ha normalizado todo, ya no se ve como algo raro”.