La subida del impuesto al diésel que contempla el Gobierno para el próximo año recaudará alrededor de 9,7 millones de euros en Castellón. La medida, que no afectará a transportistas, es recibida con recelo por las asociaciones de consumidores de la provincia, mientras en Automovilistas Europeos Asociados (AEA) creen que el cálculo que realizó la ministra de Hacienda, que aseguró que la tasa tendrá una repercusión de 3,3 euros mensuales para un conductor medio, puede quedarse «muy corta» y temen que los afectados acaben pagando más.

En la provincia, el parque móvil de vehículos que utilizan gasóleo es de 246.829 unidades, con lo que a final de año el Ejecutivo podría recaudar prácticamente diez millones de euros. La titular de Hacienda, María Jesús Montero, explicó que la subida, que será de 3,8 céntimos por litro de carburante, no tendrá una «repercusión importante en el bolsillo del consumidor». «Va a ser su granito de arena para que nuestros nietos puedan disfrutar de un planeta verde», remarcó.

No lo ve así el presidente de AEA, Mario Arnaldo, y no porque los 3,3 euros mensuales le parezcan excesivos, sino porque cree que esta cifra podría incrementarse con su aplicación. «El cálculo es poco realista», afirma. Aun así, se muestra comprensivo con la medida, pues «España es uno de los países europeos que pagan unos impuestos sobre el diésel más bajos, ya que se sitúa en los 0,36 céntimos por litro, cuando la media comunitaria es de 0,49».

Por su parte, el delegado provincial de la Unión de Consumidores Españoles, Juan Carlos Insa, dice estar en contra de una medida que considera un «brindis al sol», que «no ataca el verdadero problema, que no es un tipo de combustible, sino el hecho de que Castellón, como también España, tiene un parque móvil antiguo y, por ello, contaminante».