El PP de Castellón ha sentado en una misma mesa a los representantes de las asociaciones de vecinos del entorno del nuevo puente sobre el Riu Sec que está ejecutando el Ayuntamiento --cofinanciado con fondos europeos-- en base a un proyecto que lo abrirá al tráfico de vehículos a motor, a pesar de que hay sectores vecinales que demandan que sea exclusivamente ciclopeatonal.

En el encuentro estuvo presente, además de la portavoz del PP, Begoña Carrasco, y los ediles Carlos Feliu y María España; la presidenta de la AAVV del Raval Universitari, Lidón de Juan; el presidente de la plataforma por un puente ciclopeatonal, Fernando Vilar; Rebeca Leonisa, del Maset Blau de la avenida Alcora; el presidente de la AAVV Sant Joan del Riu Sec (Crèmor), Javier Roger; y el presidente de la AAVV Saboner (Grupo Rosario), José V. Álvarez.

El grupo municipal popular reunió a ambas partes --las que respaldan el puente para el tráfico y las que reclaman que sea ciclopeatonal-- «para tratar de buscar un consenso» y les puso sobre la mesa una propuesta que pasa por no ceñir el proyecto del Ayuntamiento a un puente, «sino llevar a cabo un proceso de transformación integral de la zona. Un plan de mejora de las calles que cruzan las cuadras Saboner y los Cubos y que utilizan los coches para cruzar transversalmente desde la antigua carretera de Ribesalbes y la ronda de Circunvalación hacia la UJI y el Raval Universitari, donde hay servicios como colegios o el consultorio médico», explicó la portavoz, Begoña Carrasco, que propuso «ensanchar las calles en algunos puntos, repavimentarlas y dotarlas de aceras en condiciones, de manera que se contribuye a mejorar el tráfico y la circulación de los vehículos que cruzan de paso, y también se benefician los propios vecinos, que ven mejoradas sus infraestructuras y la seguridad vial de los residentes».

EVITAR UNA VÍA RÁPIDA // Al parecer del PP, con estas medidas que presentarán ante el equipo de gobierno en forma de proposición, «se crearían vías alternativas para que el tráfico se distribuyera, de manera que no todo el mundo cruzaría por el nuevo puente que se está construyendo y que los vecinos y la plataforma temen que se convierta en una gran arteria de tráfico, con la contaminación, molestias y problemas de seguridad que ello conllevaría». «El objetivo es que ganen todos», apuntó Carrasco, criticando que «el gobierno ha hecho el proyecto sin consensuarlo con los vecinos».