El actual ministro de Agricultura, Luis Planas, tiene una amplia trayectoria en este ámbito, pues ha sido consejero andaluz del ramo en dos periodos distintos. Además, ha sido embajador en Marruecos y ante la Unión Europea. Deberá utilizar sus dotes diplomáticas para lograr que España no salga perjudicada en el nuevo reparto de la Política Agraria Común (PAC). En esta entrevista también responde sobre cuestiones que afectan a Castellón, como el abandono de campos de cítricos por parte de muchos agricultores por falta de rendimiento.

--Agricultores de la Comunitat y, en concreto de Castellón, abandonan sus campos de cítricos por su escasa rentabilidad, provocada por la gran diferencia entre los costes de producción y los precios de mercado. Aseguran no cubrir costes. ¿Tiene previsto su ministerio alguna acción para revertir esta situación?

--Creo que es una situación que no se da en otras partes de España. Los cítricos son un sector que sí es rentable en estos momentos. Estamos en una economía capitalista y hay que conseguir ser competitivos de una forma o de otra y responder a las necesidades del mercado. El sector citrícola tiene futuro pero hay que examinar también, y el propio sector debe tener el nivel de autorregulación y examen suficiente, para no aumentar la oferta de forma tal que la propia oferta continúe siendo el principal enemigo del sector. En definitiva, la regulación de los mercados significa que hay que ajustar la oferta a la demanda, porque si la oferta es excesiva los precios caen. Hay que tener mucho cuidado con esto y por eso es muy importante el tener esa capacidad de regulación desde el punto de vista de la oferta.

--¿Qué acciones de futuro tiene en cartera el Gobierno de España en defensa de la agricultura en la Comunitat Valenciana?

--La agricultura de la Comunitat constituye un pilar fundamental no solo de la dieta mediterránea, sino del sector agroalimentario español. En la próxima reforma de la Política Agraria Común (PAC) todas esas cuestiones están sobre la mesa y lo que nos planteamos en ese proceso es tener como punta de lanza la defensa del conjunto de las identidades de la agricultura mediterránea y de nuestros productos. Es decir, discutir todo lo referente a los mecanismos de apoyo, pero también todos los tiempos relativos a las organizaciones comunes de mercado, de las entidades de productores de frutas y hortalizas y de todos los elementos sobre el producto que tan importantes son en la regulación del conjunto de los mercados mediterráneos.

--El panorama de la nueva reforma de la política agraria no es muy halagüeño con el recorte de presupuesto previsto. ¿Qué análisis hace de esta situación?

--Cuando conocimos las propuestas de la Comisión Europea, ciertamente supuso un jarro de agua fría porque se esperaban políticas que fueran más en la línea con las del periodo 2014-2020. Hay que reconocer que la disminución en el primer pilar (pagos directos y medidas de mercado) ha sido muy limitada, de un 3,5%, y en cambio lo ha sido más fuerte, de un 14,5%, la reducción de la cofinanciación en el segundo pilar (desarrollo rural). Razón por la cual es fundamental que en la negociación que ha empezado ahora consigamos, en coalición con una serie de estados miembros, pues somos ya 20 los que defendemos los actuales niveles de apoyo de la PAC, una dotación suficiente. No es un problema de statu quo, de mantener fondos, es un problema de que esta nueva PAC supone esfuerzos adicionales en materia de lucha contra el cambio climático, preservación del medio ambiente, del suelo, del agua, del aire, y frente a ello y los nuevos retos de la digitalización de la agricultura es necesario disponer, al menos, del mismo nivel de apoyo que ahora para los agricultores y los ganaderos.

Siempre califico la PAC como un apoyo, no es una ayuda clásica, porque es un contrato social del conjunto de la sociedad que apoya a un sector concreto, al primario, a los agricultores y ganaderos, que tienen un rendimiento inferior al sector de la industria o al sector de los servicios.

--¿Es optimista, pesimista o realista ante este panorama?

--Soy razonablemente optimista porque si hacemos las cosas bien los resultados pueden ser positivos. Hacerlas bien significa estar unidos y defender un objetivo común en esta fase de la negociación. Es lo que estoy intentando liderar en España y creo que he conseguido, para empezar, el apoyo de las tres grandes organizaciones agrarias y de las cooperativas. Y después también el respaldo de las comunidades autónomas en la defensa de una posición común. Sobre la base de esa posición común, hay que luchar por mantener la dotación presupuestaria. Al mismo tiempo, en esa primera fase, es necesario también definir el contorno general de lo que será el plan estratégico de España (2021-2027), que va a incluir el primer y el segundo pilar y que es una de las grandes novedades de esta PAC. Y a partir del verano del año que viene empezaremos a analizar lo que se refiere a la discusión española en relación con la aplicación de la política agraria.

--¿Cuáles son las etapas que se prevén hasta poder llegar a la aprobación definitiva de la nueva Política Agraria Común?

--Desde el punto de vista de la discusión presupuestaria se quisiera alcanzar un primer acuerdo de conjunto para el mes de mayo del año que viene. Es posible, pero vamos a tener que forzar los motores. Se está trabajando en esto y creo que antes de las elecciones europeas es necesario tener un acuerdo global, lo que supondría ya una definición del dinero para cada una de las grandes políticas. En cuanto a las propuestas legislativas de la PAC, en el procedimiento Consejo-Parlamento, se podría hacer una primera lectura de los reglamentos para el último pleno de la legislatura, que sería en abril del 2019. Pero la segunda lectura y el trílogo me da la impresión que será ya parte de la nueva Comisión Europea. Existe una pequeña preocupación en el calendario, que no llegásemos a tiempo para el comienzo del nuevo periodo. Le he pedido a la Comisión Europea que nuestros agricultores y ganaderos no pueden dejar de percibir estos apoyos en octubre o diciembre de cada año, por lo que es absolutamente necesario que haya, si hubiera retraso, un régimen transitorio que permita los pagos durante este periodo.

--¿Por qué la agricultura no deja de perder importancia en el presupuesto de la Unión Europea?

--La agricultura fue, al principio, el gran tema del presupuesto europeo desde los años sesenta. La PAC es una de las políticas más antiguas de la UE. Tiene ya, prácticamente, 60 años de existencia. A partir de ahí, ha habido competencia de otros sectores y ha habido compromisos internacionales de reducción de las intensidades de apoyo, es decir, en el marco de la Organización Mundial del Comercio, todos los países avanzados tenemos mecanismos de apoyo a la agricultura y la ganadería, un establecimiento de techos, los baremos máximos de apoyo, para no distorsionar la competencia internacional.

Ese apoyo ha disminuido, aunque sigue siendo significativo, del orden del 20% al 30% de la renta media de un agricultor, incluso en algunos casos más, lo cual supone un elemento importante para cubrir el umbral de rentabilidad de muchas explotaciones de carácter familiar, que son el auténtico objetivo de esta PAC.

--Uno de los riesgos es que se produzca una nacionalización en la distribución de los fondos y de los apoyos. ¿Es posible?

--No. Es algo a evitar. En esta PAC la transferencia de los planes estratégicos nacionales no significa una nacionalización. La PAC continúa siendo, y debe seguir siendo, una política europea, pero, siendo una política europea, los estados miembros van a tener una posibilidad de organizarla, de planificarla. Esos planes serán sometidos a la Comisión Europea y este organismo los tiene que aprobar. Ese proceso no debe confundirse con una regionalización, que yo rechazo totalmente, puesto que sería la cofinanciación de los pagos a los agricultores por estados miembros. Eso supondría que los estados miembros con mayor capacidad financiera podrían apoyar más a su agricultura y los que menos tienen, asignarían menores importes, lo que supondría una distorsión competitiva en el mercado único, que es indeseable.

--Ha comentado que tiene el apoyo de las organizaciones agrarias y también de las cooperativas. ¿Qué sucederá con las comunidades autónomas? ¿Espera que exista unidad en España?

--Con las comunidades autónomas, en el marco del consejo consultivo, hemos hecho ya dos rondas y hace una semana mantuvieron una reunión a nivel de directores y secretarios generales. Les he pedido que nos pongamos de acuerdo en lo fundamental, en la fase de Bruselas y Luxemburgo, para que como ministro pueda expresar una voz unida de España. Creo que mi mensaje ha sido escuchado y es apoyado por las comunidades de cualquier signo. Aparte de esa señal positiva, habrá un segundo momento que será más complicado, en el que estamos elaborando y examinando cómo incluir los puntos de vista de las comunidades autónomas en la articulación de ese plan estratégico del primer pilar y, después, cómo efectuar ese reparto español en relación con el contenido de la política agraria.

--¿Qué piensa sobre el debate de que exista una mayor modulación de fondos y se primen aspectos como la protección del medio ambiente y el apoyo a zonas menos productivas?

--Lo que tiene la PAC como destino no son territorios, son personas. Es un mecanismo de apoyo a empresarios, que son hombres o mujeres, agricultores o ganaderos, que llevan a cabo una actividad en un sector determinado. Ése es el auténtico objetivo. ¿Qué tipo de agricultura pretende apoyarse con ello? Está claro en las propuestas de la Comisión Europea. Se pretende apoyar al agricultor profesional, a aquellos que hacen de la agricultura un medio principal de vida. A partir de ahí, hay que establecer el reparto de las ayudas en la propuesta de la Comisión, aún por discutir, con un límite máximo de 100.000 euros por año descontando los costes laborales, y después una disminución entre 60.000 y 100.000 euros.

Todo esto es parte de la discusión y aún tiene que discutirse entre el Consejo y el Parlamento para ser aprobado. Veremos si será o no aprobado. ¿Qué quiere la CE con todo esto? Que la agricultura sea profesional, de carácter familiar, ése es el objetivo.

--¿Está a favor de que aumente la modulación de las ayudas?

--Se debe intentar cada vez más que el destino principal sea el agricultor profesional. Esta es una definición en la que debemos ponernos de acuerdo en el reparto de las ayudas, una definición que tendrá algunos elementos europeos, pero muchos elementos nacionales. Nos tenemos que poner de acuerdo todas las comunidades autónomas. Hay comunidades que entienden que la agricultura a tiempo parcial es muy importante, porque la practican, y no podemos excluirla. Hay que lograr un punto de consenso en un país tan grande, tan diverso y tan potente desde el punto de vista agroalimentario, como es España, y encontrar ese consenso es mi responsabilidad como ministro, cómo conciliar éste y otros puntos de la reforma. No se trata de una tarea sencilla.

--¿Por qué considera que actualmente no se produce una mayor concentración empresarial en el sector de la agricultura?

--Es una de mis preocupaciones principales en el Ministerio. Sobre todo desde el punto de vista cooperativo. Aprecio mucho el mundo cooperativo. Este modelo de negocio tiene una vitalidad tremenda, pero si comprobamos la dimensión media de nuestras cooperativas con las existentes en algunos países europeos de referencia, como Dinamarca o Holanda, está claro que tenemos que avanzar mucho en materia de integración. Desgraciadamente veo que vamos muy lentos en la concentración cooperativa.

--¿Tiene previsto el Ministerio de Agricultura adoptar algunas medidas que impulsen el relevo generacional en el medio rural?

--El relevo generacional es uno de los elementos fundamentales en la lucha frente a la despoblación y, en definitiva, en la defensa del medio rural español y europeo. Es absolutamente necesario en esa materia que podamos llevar a cabo, cara al futuro, nuevos incentivos en el marco de la política comunitaria para conseguir que los jóvenes continúen desarrollando actividad agraria. Sin jóvenes en el campo no hay futuro en la agricultura y, por extensión, para el medio rural.

La Comisión Europea ha previsto un mínimo del 2% en el primer pilar de la dotación para los jóvenes agricultores del Viejo Continente. Creemos que haría falta incrementar esas cantidades y complementarlas con el segundo pilar para hacer una oferta más atractiva para producir el relevo generacional. Tengamos claro que no solo la PAC va a ser el elemento que va a apoyar esa renovación de los jóvenes, pero sí hay que tener presente que es un elemento clave cara al futuro.

--Dos compañeros de Gobierno han tenido que dimitir y también ha existido debate con la tesis doctoral del presidente del Gobierno. ¿Cree que es fundamental la transparencia a la hora de gestionar un país y de quienes están al frente del poder?

--El presidente Sánchez quiso conformar un equipo competente, unido, que trabaje por el futuro de España y por el cambio de España desde una perspectiva progresista, de justicia económica y social. Eso es lo que estamos haciendo desde el punto de vista de transparencia y desde un punto de vista de determinación. El presidente ha sido muy claro y cuando ha habido algo que corregir o modificar lo ha hecho y ha adoptado decisiones que han sido duras, pero necesarias desde el punto de vista de las personas y de los temas. Esa determinación de continuar adelante el cambio de España es la que tiene el Gobierno y la que tengo yo como ministro de Agricultura. Es muy importante que este ejecutivo pueda proseguir hasta el final de legislatura las tareas que aún tenemos pendientes.

Hemos pasado 100 días escasamente y durante este tiempo hemos llevado a cabo una tarea muy importante de transformación, de cambio. Hemos adoptado muchas decisiones en pocas semanas y esas decisiones han comenzado a surtir efecto. Yo mismo he tenido ocasión de empezar la discusión de la Política Agraria Común, de desarrollar lo referente a la cobertura de los seguros agrarios, de completar la financiación de las comunidades autónomas en lo referente al desarrollo rural, de participar en completar la negociación del acuerdo de la UE con Marruecos o de permitir la captura adicional de la sardina en los caladeros comunitarios para poder continuar con la pesca. Me parece muy importante lo que hemos hecho en estos días, por no mencionar otras cuestiones en materia de sanidad o educación.

--A usted también le recordaron algunos medios la investigación abierta por una autorización de pozos ilegales en Doñana.

--Es un tema que fue archivado el pasado mes de julio, que lamento porque me afectó mucho personalmente. Es absolutamente injusto porque no tenía ninguna relación directa o indirecta con el tema planteado. Fui investigado y todo quedó clarificado. El ministerio fiscal, por tres veces, no formuló ningún tipo de acusación al respecto y así quedó archivado en el pasado mes de julio.

--¿Cree que la sociedad valorará esa mayor transparencia?

--La transparencia en la gestión es muy importante. Desde el Gobierno se tienen que hacer muy bien las cosas y también explicar cómo se hacen. Es muy importante cara a los ciudadanos y es una tarea que debemos llevar a cabo en los próximos meses.