Una mujer acuchillada en Granada. Otra degollada en Bilbao. Y, el dolor más insoportable, dos niñas de 2 y 5 años asesinadas en Castellón por su padre. Dos nombres añadidos a la negra lista de infanticidios por violencia machista: 25 niños desde el 2015. El machismo mata. El machismo mata. El machismo mata…. ¿Lo repetimos 25 veces? ¿Cuántas repeticiones más necesitamos para ser conscientes de la tragedia? En nuestra sociedad se libra una batalla y cada semana se cobra nuevas víctimas. Pero no hay bandos con estandartes y uniformes, solo las pruebas del mal. Cada vez que una mujer es humillada, discriminada o maltratada se enfrenta al adversario. Y ahí, en el enemigo, está el hombre que toma el cuchillo, el que insulta y amenaza, el que se aprovecha de su posición de poder para abusar, el que trata de deslegitimar la lucha por la igualdad con sus burlas… ¿Por qué algunos hombres buenos siguen en el lado del mal?

El machismo mata. Y la lucha precisa medidas valientes. Un maltratador no puede ser buen padre. No solo por el riesgo para los hijos, sino porque se convierte en correa de transmisión de un machismo asesino. ¿Cuántas madres que iban a denunciar a su maltratador han renunciado al conocer estos asesinatos? La justicia debe asegurar la protección de los niños, apoyar a la mujer y dejar constancia que no hay sitio para el machismo en esta sociedad.

*Periodista