Castellón inspira. Santiago Posteguillo, flamante ganador del Planeta 2018, no es de Castellón, aunque parece que sí fuera. De entrada, pasa muchísimas horas en esta tierra como profesor titular de Literatura Inglesa de la Universitat Jaume I de la capital de la Plana.

Pero el caso de Posteguillo no es el único en esa vinculación constante de galardonados con la provincia de Castellón. Sin ir más lejos, el ganador del 2017, el turolense Javier Sierra, con su novela El fuego invisible, es visitante frecuente de la provincia, especialmente de Els Ports, el Maestrat y la Tinença de Benifassà, y más aún de Morella, ciudad con la que mantiene una estrecha relación y donde pasa cada año largas temporadas.

La ganadora del 2015, Alicia Giménez-Bartlett, con Hombres desnudos, una reflexión sobre la prostitución masculina, no solamente está vinculada a la provincia de Castellón sino que, además, tiene fijada su residencia en Vinaròs, y a los vinarocenses fue la primera de las dedicatorias tras conocer que su novela había ganado el Premio Planeta.

Tanto Posteguillo como Sierra y Giménez-Bartlett han participado en conferencias y tertulias literarias no solamente de Castellón capital, como las que organiza la Fundació Caixa Castelló, entre otras, sino también de otros pueblos, dejando de manifiesto su aprecio hacia estas tierras que conocen en profundidad.

Mientras, Manuel Vázquez Montalbán, maestro de periodistas y referente indiscutible del nuevo periodismo español, fallecido en el 2003 y Premio Planeta de 1977 por su obra Los mares del sur, fue un excelente embajador de las tierras castellonenses y fundamentalmente de Morella.

Con la capital de Els Ports vivió un romance enamorado, llegando a definir su sky line como uno de los tres más bellos del mundo, junto al de Nueva York y el de San Geminiano, en la Toscana.

PERSONAJE FICTICIO/REAL

Un Vázquez Montalbán que incluso crea un personaje en la novela ganadora del Planeta, Sergi Beser, que es real, el catedrático de Literatura de la Universidad Autónoma de Barcelona con el mismo nombre, y que se convierte en compañero de aventuras del protagonista, el mítico Pepe Carvalho. También a otro de sus amigos, Enric Fuster, se le puede encontrar en otras de sus novelas.

Antes que la trufa se convirtiera en un delicia gastronómica venerada, Vázquez Montalbán ya la degustaba en el Mesón del Pastor o en el Cardenal Ram y también los excelentes flaons de los que era gran aficionado como buen goloso y excelente gurmet.

Pero, no solamente Morella. Paisajes de la provincia de Castellón como todo su litoral mediterráneo aparece en otra de sus novelas, Los pájaros de Bangkok, en una descripción perfecta y luminosa de los paisajes de las comarcas castellonenses con todo su esplendor y magnificencia.

Por su parte, la valenciana Concha Alós, que ganó el Premio Planeta de 1964 con su novela Las Hogueras, y fallecida en el 2011, mantuvo siempre contacto con Castellón, ciudad donde vivió su infancia en el seno de una familia obrera republicana.

Una relación con la capital de la Plana que le llevó además a participar en numerosas iniciativas de carácter cultural, como formar parte del jurado de los recordados Premios Armengot, cuya primera edición se celebró en 1969. Alós llegó a compartir vivencias y experiencias literarias con los intelectuales del Castellón de aquella época como Carlos González-Espresati.