La alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, insistió ayer en que la Diputación ceda el pabellón Pablo Herrera al Ayuntamiento para que este pueda acometer las obras de reforma o bien asuma la administración provincial -como propietaria del polideportivo- la urgente reforma del recinto. Y una de las líneas económicas que podría destinar para ello, al parecer de Marco, son los 300.000 euros del plan 135 que el consistorio no ha percibido porque, por un error, no presentó la solicitud a la convocatoria de ayudas.

La primera edila argumentó que «el Ayuntamiento no puede invertir en una instalación que no es de su propiedad» y que para poder intervenir en la instalación «falta la cesión de Diputación». Marco retomó así un asunto de competencias que parecía zanjado tras la autorización al consistorio aprobada el pasado el 25 de septiembre por la comisión informativa de Servicios a la Ciudadanía de la Diputación, para la ejecución de las obras estructurales del pabellón Pablo Herrera. Un permiso que, en principio, daba vía libre para que el Patronato Municipal de Deportes que preside el concejal Enric Porcar, que dispone del presupuesto y del proyecto, pudiera avanzar en la demandada reforma.

La obra del pabellón del Grao volverá hoy a la actualidad en el pleno de la Diputación, de manos de Castelló en Moviment. La formación asamblearia presenta una moción mediante la que insta a la institución provincial, como propietaria del polideportivo, a que asuma la reforma.

LLUVIAS DE SEPTIEMBRE //

La urgencia de actuar en el pabellón Pablo Herrera del Grao se evidenció tras las lluvias del pasado septiembre, con goteras e inundaciones que hicieron impracticable la instalación y activaron las quejas de los clubs que lo utilizan periódicamente, que hace años que demandan la adecuación.

Las obras del proyecto que tiene elaborado el Patronato Municipal de Deportes están valoradas en unos 380.000 euros, y prevén la sustitución de la cubierta.

En principio, estaba previsto que mientras duren los trabajos de remodelación, los clubs que lo utilizan se puedan reubicar en pabellones de la ciudad, en las instalaciones deportivas de la Universitat Jaume I (UJI), incluso, si fuera necesario, no se descartaría buscar soluciones en otros municipios cercanos.