Más ciberbullying en las aulas, y cada vez más agresivo en Castellón. Un informe sobre el acoso escolar del Consell Valencià de Cultura (CVC) vincula por primera vez el acoso escolar con la violencia de género, apuntando que «es un tema que no parece tener fin y, como actualmente se fragua en internet, sobre todo a través de las redes sociales, hace que la impunidad con la que actúan los acosadores sea enorme», según el secretario general del ente, Jesús Huguet, que presentó hace unas semanas el documento a Les Corts dentro de la memoria de actividades del 2017.

«Especialmente, cabe destacar el acoso escolar contra las niñas, que sufren un 75% de los casos, tres de cada cuatro detectados, por lo que el bullying se une desde la escuela con la violencia de género», explica Huguet, que da un paso más allá al señalar que «acosadores y acosados puedan acabar siendo maltratadores de mayores si no se toman medidas».

«Ha crecido enormemente la violencia de los casos», apostilla el secretario del CVC, definiendo esta lacra como «terrible», sobre todo teniendo en cuenta que hay informes que detectan los primeros casos a los 7 años. En Castellón, según los últimos datos de la Unidad de Atención e Intervención dentro del Plan de Prevención de la Violencia (Previ), de la Conselleria, al cierre del 2017, las incidencias van a más, 529 frente a las 486 del año anterior, y el ciberbullying ya constituye uno de cada cinco casos (el 21,74%), el porcentaje más alto de la Comunitat, con un 17,45% en Alicante y el 15,81% en Valencia.

VIOLENCIA VERBAL //

Los expedientes van a más, un 8,2% de año a año, y es el internauta el apartado que más crece, un 5%. Aunque lo que más se detecta son amenazas e insultos, que suponen más de la mitad, el 58%, aunque es, por contra, la única que baja (un 59,6). Van a más las agresiones físicas, del 47,4 al 51%; las sexuales, del 6,6 al 8,13%; y las de exclusión, que pasan del 11,7 al 12,5%, aunque, eso sí, el informe especifica que «una misma incidencia puede entrar en más de una categoría», según Educación.

En los centros ya se han puesto manos a la obra, con planes de convivencia, haciendo hincapié en la ciberconvivencia, con recursos para trabajar el uso responsable de las tecnologías; los agentes antirrumores, campañas de ayuntamientos y Diputación, además de acciones como talleres para ESO con dinámicas motivadoras para tutores y alumnos impartidas, entre otros centros, en el Ochando de Almassora. «Es una forma de mejorar la convivencia, vital con el abuso y mal uso de los jóvenes con la tecnología», según señala el profesor Pau Calduch.