La ampliación de la A-7 entre el aeropuerto de Castellón y Traiguera discurrirá por un recorrido muy accidentado por el interior de la provincia, con numerosas ramblas y barrancos que la futura obra deberá evitar con la construcción de 14 viaductos que minimizarán el riesgo de inundación de la vía. Así consta en la declaración de impacto ambiental que publicó el Ministerio para la Transición Ecológica y que es un trámite necesario para su futura adjudicación, que no obstante aún no tiene fecha. Se trata de una infraestructura clave para las comarcas rurales de Castellón y que contribuiría a descongestionar la CV-13.

La declaración incide en varias ocasiones en los «riesgos de inundabilidad elevados» del recorrido y llega a citar el Plan de Acción Territorial sobre la Prevención del Riesgo de Inundación de la Comunitat (Patricova) para justificarlo. En los 48 kilómetros de prolongación de la autovía se detectan hasta 21 cauces naturales de importancia. Para evitarlos y minimizar el riesgo de que episodios de lluvias torrenciales afecten a la futura circulación, se prevén hasta 14 viaductos «de vigas apoyadas en dos estribos laterales y pilas ubicadas en el cauce». Además, en los torrentes de menor entidad se instalarán marcos de hormigón de diferentes dimensiones en función de los caudales de paso.

DISTINTOS CRITERIOS

La declaración de impacto ambiental evidencia en numerosas ocasiones las discrepancias entre el ministerio de Fomento, el de Transición Ecológica y la Generalitat, que han provocado que la definición del recorrido se haya prolongado durante más de un año y medio. Ejemplo de ello son precisamente los sistemas de drenaje, pues mientras la administración autonómica pide las medidas más extremas en todo el recorrido con el objetivo de evitar avenidas (500 años de periodo de retorno, en lenguaje técnico), Fomento opta por combinarlas con otras de menos impacto en el caso de los barrancos con cauces inferiores. Finalmente, el Ministerio de Transición Ecológica, encargado de emitir el documento, opta por una decisión salomónica y concluye que se realizará «un estudio de inundabilidad que (...) justifique las soluciones constructivas adoptadas para la plataforma de la autovía en los cruces con los cauces».

AGUILUCHO CENIZO

Más allá de las posibles crecidas hidrológicas, el estudio de impacto ambiental también tiene en cuenta y proyecta medidas para minimizar las afecciones a la fauna y flora protegida, a los elementos de patrimonio histórico y cultural y el ruido durante las obras y ya en el periodo de explotación. En el caso de los animales, especialmente delicado es el caso del aguilucho cenizo, un ave en peligro de extinción que nidifica en la zona. Antes de las obras, y «durante los meses de abril y mayo», un técnico autonómico realizará una prospección en una anchura de 500 metros a cada lado de la infraestructura para detectar nidos y protegerlos.

A falta de su adjudicación, la intención declarada del Gobierno pasa por incluir la prolongación de la A-7 en el Plan Extraordinario de Inversión en Carreteras. Se trata de un fondo anunciado en 2017 por el cual serán empresas privadas las encargadas de acometer los trabajos y mantener la vía a cambio de un cánon mensual durante 30 años. Este modelo minimiza los plazos de construcción, aunque no se espera que la vía esté acabada antes del 2025.

OLIVOS MILENARIOS

El trazado escogido para la prolongación de la A-7 afecta a algunas fincas agrícolas en las que existen ejemplares de olivos centenarios protegidos por la ley de Patrimonio Arbóreo Monumental de la Comunitat Valenciana y que se concentran en buena medida en las inmediaciones de la finca Mas del Pou, en la Jana. La declaración de impacto ambiental prevé trasplantar estos olivos «a lugares adecuados, lo más próximos posible a la ubicación original».

  • El recorrido pasa por 10 municipios y prevé nueve enlaces
  • La declaración de impacto ambiental prevé un trazado de 48 kilómetros hasta Traiguera que pasa por los términos municipales de Cabanes, Benlloc, Vilanova d’Alcolea, la Torre d’en Doménec, les Coves de Vinromà, la Salzadella, Sant Mateu, Xert y la Jana.
  • Posteriormente, esta vía enlazará con la N-232, que permitirá a los conductores conectar rápidamente con las vías que transcurren por el litoral, como la N-340 o una AP-7 que si nada extraño ocurre ya será gratuita cuando esta infraestructura esté acabada. El proyecto contempla la construcción de nueve enlaces para conectar la autovía con las carreteras y las poblaciones de la zona, así como nuevos caminos de servicio y la creación de un centro de conservación en término de la Jana, junto a la N-332.