Miguel Ángel Cruzado, nacido en Castellón e hijo del fotógrafo Manuel Cruzado, tiene motivos para sacar pecho. Y es que gracias a su colección Trípticos ha alzado el LUX de Oro en la categoría de arquitectura e interiorismo. «La verdad es que no me lo esperaba para nada. Tenía la ilusión de lograrlo y da moral porque es un premio concedido por los profesionales de la fotografía a profesionales de la fotografía», reconoce.

Con toda una vida dedicada al mundo de la imagen, a sus 46 años desvela que en los Premios LUX, uno de los referentes del gremio y creados por la Asociación de Fotógrafos Profesionales de España (AFPE) en 1993, competía con unos 1.500 compañeros que se presentaron en distintas categorías. «Me han dado el premio por la riqueza cromática de las obras, el punto de vista y la relación con los trípticos que presenté», señala.

A la hora de realizar alguna recomendación a los menos iniciados en el mundo de la fotografía, Cruzado afirma lo siguiente: «No hay más secreto que la superación, el trabajo diario y ver que vas adelantando». Nadie puede ocultar que en la época actual la cultura visual ha ganado un peso que antes no tenía. Sin embargo, este condecorado castellonense afirma que prima más la cantidad que la calidad. «Creo que vamos para atrás. Hay muchas imágenes cada día, pero de calidad cada vez menor; ahora vale todo. En España no hay tanta cultura como en otros países como EEUU, donde la imagen está en todas partes. Aquí las tenemos más en el móvil, ordenador o tablet y todo lo que no se pasa a papel, al final se pierde». En resumen, el fotógrafo lamenta que «todos teníamos las fotos que nos hacían nuestros padres, pero nuestros hijos no tendrán las nuestras».

Apuesta por la tradición

No esconde, por último, la revolución que se está viviendo en la fotografía industrial, su especialidad. «Ahora ya no hace falta ni cámara. Con ordenador puedes crear ambientes desde cero. Se apuesta por las nuevas tecnologías y los profesionales estamos obligados a conocerlas», afirma. Cruzado, sin embargo, es todo un clásico con la cámara. «Estoy sacando fotos con un proceso que es de 1850. Gano satisfacción porque saco placas de vidrio y aluminio con una calidad brutal y espero presentar pronto una exposición», concluye.