Incomprensiblemente, el término payaso se utiliza en ocasiones de forma despectiva. Por si fuera poco, la imagen de este simpático colectivo fue dañada por el imaginario creado por el escritor Stephen King en su novela de terror ‘It’, llevada recientemente al cine. Sin embargo, en Castellón los payasos sí tienen buena reputación y eso se debe en gran parte a Paquita y Manolo, que han hecho reír durante décadas a generaciones y generaciones de niños. Si no les suenan estos nombres seguro que sí conocen los de Mel y Chispa.

En la imagen inferior vemos a la entrañable pareja junto a su inseparable hija, conocida como Chispita:

La historia de los payasos más famosos de Castellón se remonta prácticamente a la infancia de Chispa: «Nací en Betxí, pero con cuatro años ingresé en la Beneficencia de Castellón, donde estuve hasta los 15. Allí aprendí a leer, cantar y actuar. En la mili ya me conocían por Chispa porque me gustaba contar chistes». Paralelamente, la que sería su mujer, Mel o Paquita, como prefieran, también hacía carrera en las tablas.

En la imagen inferior vemos a los payasos más populares de Castellón en una imagen del 2007:

Sin embargo, no pensaban dedicarse a la carrera de payaso hasta una comida de empresa. «Trabajaba en Fertiberia y me propusieron hacer una pequeña función. Como mi compañero se echó atrás en el último momento, se animó mi esposa. Nos hicimos una chaqueta y un pantalón con cuatro telas, nos vio un mago que en 15 días nos invitó a actuar en València… y así hasta ahora», recuerda Chispa, que rememora de esta forma cómo abandonó su trabajo: “Lo que me gustaba era esto; ser payaso. Así que después de un susto en la carretera por el agotamiento de combinar ambos trabajos le dije al que entonces era el jefe de personal de Fertiberia, el célebre pintor Díaz Naya, que lo dejaba. Después de estar tres días intentando que cambiara de opinión, aceptó”. En total, casi 50 años de fructífera carrera: «Mel fue la primera en España con carnet profesional de payasa. Había cómicos, magos o vedettes, pero payasos, pocos».

En la imagen inferior les vemos una actuación en una de sus muchas actuaciones solidarias:

Aseguran hoy que no se han arrepentido en ningún momento de cambiar el mono de trabajo por el colorido atuendo de payaso: «Si volviera a nacer volvería a hacer lo mismo. Y Mel, también». A los payasos que quieran coger el testigo de estos octogenarios, Manolo ‘Chispa’ -“todavía mucha gente no sabe quién es Mel y quién es Chispa”-, les avisa: “Nosotros cogimos los mejores años porque Miliki y Fofó popularizaron el espectáculo en televisión y nosotros los llevamos a los pueblos. Si alguien quiere, que no decaiga, pero está más complicado. Vivir de esto hoy es muy difícil”.

En la imagen inferior vemos a Mel y Chispa en la presentación de su libro de memorias en el 2014:

Destaca Chispa también que para ponerse una nariz postiza, pintarse la cara y colocarse una colorida peluca en el pelo, hay que valer. “A nosotros quienes más nos han enseñado son los niños. Tienes que hacer reír con poca cosa, con juegos de palabras, con gestos... Y después, el humor de otras regiones no tiene nada que ver con el nuestro. Hay que ir amoldándose a lo que hace gracia en cada sitio y eso cuesta años”.

Una década luchando contra la enfermedad

Mel sufre Alzheimer desde hace diez años, pero curiosamente recuerda las canciones que tantas veces representó —«llegábamos a hacer hasta cuatro comuniones en una tarde. Salíamos al año a función diaria por toda España»—, y no pierde su eterna sonrisa, acompañada por su marido, Chispa, y su hija, conocida como Chispita, que también colaboró de forma estrecha en la dilatada trayectoria de sus padres. “Empezó hace ocho años con el Alzheimer; se olvidaba cosas en el escenario, después en casa y en la última actuación en Orpesa la pobre se quedó en blanco. Se dio cuenta de que estaba enferma”.

En la imagen inferior les vemos en una imagen del 2011:

Chispa todavía conserva el ‘gusanillo’ de la actuación y el próximo mes de febrero, con ocasión del ciclo de teatro de Castelló a Escena, volverá a subirse a un escenario. «Hemos ido siempre donde nos han llamado, en especial a colegios y distintas asociaciones. Nos llevamos el cariño de Castellón». Y bien merecido lo tienen.

En la imagen inferior les vemos junto a Yunke visitando a niños enfermos en Navidad: