Los premios de la Fundación Educa, los llamados Goya de la educación española, se fallan hoy y se entregarán el próximo 23 de febrero en Santiago, con un nombre castellonense en la lista de 10 finalistas en Infantil. Es la maestra del colegio Ausiàs March de la Vall d’Uixó Ana del Fresno, una «apasionada de la educación para los niños», que así lo vive en el aula y lo transmite a sus alumnos de 0 a 4 años. No es su primera nominación. Del Fresno conoce los premios tras su nominación en el 2017. A la segunda, ¿va la vencida?

--¿Qué supone estar entre los 10 mejores maestros del país?

--El año pasado me emocioné muchísimo al saber que estaba en las nominaciones y este, además de repetir nominación, estoy entre los diez finalistas. Es un orgullo y un sueño hecho realidad. Con mi presencia en esta lista represento a todas aquellas familias y alumnos que me han nominado y que creen que una nueva forma de ver la educación sí es posible.

--¿Qué cambiará ahora?

--Nada. Seguiré siendo la maestra de Primaria con corazón de Infantil que lucha por sus sueños y en este caso que mis alumnos se diviertan aprendiendo e involucrar a las familias en mi aula. Seguiré luchando por una visibilidad de las actividades tan bonitas que hacemos en los centros CAES. Sí, es cierto que gracias a estas nominaciones se abren un poquito las puertas para poder compartir nuestro trabajo y conocer a mis otros compañeros de nominación, con proyectos, ideas y puntos diversos de ver la educación.

--Precisamente hoy sale el ránking. Si gana, ¿qué pasará?

-¿Ganar? Ya he ganado, por el reconocimiento público a nivel nacional de mi labor como docente. A veces, cuando intentas implantar otra forma de ver la educación o simplemente tu forma de trabajar se sale de lo habitual, te encuentras con piedras en el camino, siempre justificando el porqué, e incluso llegas a pensar en dejarlo, pero he de decir que hace tres años que llegué al Ausiàs March y su equipo directivo y claustro siempre han creído en mí, igual que las distintas familias. Me han tendido una mano amiga para aplicar un proyecto educativo muy afín a mi manera de ver la educación. ¿Qué mayor premio se puede tener?

-Explíquenos cómo es su trabajo innovador (y vocacional).

--Mi trabajo es de corazón a corazón. Hago muchas propuestas divertidas, dando voz a las familias. Desde tener un periodo de adaptación desde el cariño, trabajando con Mª Sol, mi compañera y educadora infantil del aula con la que formamos una pareja educativa, donde la creatividad fluye. He hecho partícipes a las familias en muchas actividades, desde los almuerzos multiculturales a las excursiones, porque hay que ver lo bien que se lo pasan, entrando a las aulas, subiéndoles al escenario para cantar y bailar con sus niños, creando un clima de confianza con los padres, que, al fin y al cabo, dejan en nuestras manos lo que más quieren en sus vidas, sus hijos.