Dime dónde vives y te diré cuánto pagas por el alquiler. Efectivamente, el precio de los arrendamientos en la provincia de Castellón difiere mucho dependiendo no solo de en qué barrio se resida, sino también en qué municipio. La ley de la oferta y la demanda provoca que entre un piso y otro, en la misma capital de la Plana, pueda haber hasta 900 euros de diferencia.

No obstante, los alquileres que llegan a los 1.200 euros mensuales y los que apenas alcanzan los 300 euros son auténticas excepciones en un mercado en el que el precio medio se sitúa en los 500 euros. «Para la mayoría, esa cantidad es el máximo que puede asumir, por lo que fijar un valor superior implica en muchas ocasiones que el piso sea muy difícil de colocar», apunta el gerente de Marvic, Tomás Marco.

  • Los más caros

En la capital de la Plana, donde todas las fuentes consultadas ven «impensable» que ningún Gobierno fije precios máximos por ley, los alquileres elevados se encuentran en algunos chalés situados en el PAU Lledó, que pueden llegar a los 1.200 euros. Un poco por debajo se sitúan algunos inmuebles selectos en enclaves como la avenida rei don Jaime que pueden rondar los 800 o 900 euros.

Fuera de esas cantidades, lo más demandado por el común de los mortales son las zonas abiertas situadas en la periferia de la ciudad, con el barrio de Sensal como principal exponente de esta nueva forma de residencia en la que, por encima de la ubicación céntrica, prima la existencia de zonas comunes. Un piso de tres habitaciones allí ronda los 500 euros, mientras que los inmuebles más pequeños se pueden encontrar por 450 euros.

  • Diferencias por municipios

Cuando se sale de la capital, los precios bajan en casi todos los casos. Evidentemente que cada municipio tiene sus diferencias por barrios, pero todas las inmobiliarias consultadas coinciden en que, como en Castellón, hay un valor medio que es muy difícil de rebasar si se quiere dar salida a un piso. El otro elemento en el que hay consenso es que el parque de inmuebles de alquiler es muy escaso de norte a sur, lo cual en los últimos meses empuja los precios hacia arriba.

Ese umbral prohibitivo para la mayor parte de las familias se encuentra en los 450 euros en Vila-real, donde según la inmobiliaria Siglo XXI la mayor parte de los alquileres se sitúa entre esta cantidad y los 400.

Algo por debajo de esta localidad se encuentra un tercer escalafón que comparten municipios como Burriana o Vinaròs, aunque en este último caso la escasez de pisos para arrendar es especialmente grave porque la mayor parte opta por arrendar sus viviendas solo en verano, cuando se pueden llegar a pagar casi 1.000 euros semanales. En la Vall y otros puntos más alejados de la capital, los precios raramente suben de 350 euros.