La implantación del nuevo límite de velocidad a 90 km/h provoca cambios en la circulación de ocho carreteras de Castellón (tramo norte de la CV-10, CV-13, CV-17, CV-183, N-225, N-232, N-234 y N-340).

Para actualizar las vías, la Subdelegación del Gobierno confirmó que se han sustituido 100 señales en toda la provincia (83 en carreteras de titularidad nacional y 17 de autonómica), con un coste cifrado en 17.000 euros. Las vías gestionadas por el Estado en las que ha habido que cambiar señalizaciones son la N-340 (53), seguida de la N-232 (15), la N-225 (12) y la N-234 (3 señales).

Lo que se pretende con esta polémica medida es reducir la siniestralidad en carretera, pues tres de cada cuatro accidentes mortales que se registran en las carreteras de Castellón son en vías convencionales, según el balance realizado por la Jefatura Provincial de Tráfico, que corroboró que el año pasado las muertes en vías interurbanas ascendieron a un total de 29, seis defunciones más que en el 2017, de entre las cuales 21 --el 72,4%-- perdieron la vida en la red secundaria.

El porcentaje cae ligeramente a nivel autonómico, aunque, de la misma forma, las carreteras convencionales también son las que monopolizan un mayor número de óbitos sobre el asfalto. De acuerdo a las cifras que dio a conocer el delegado regional del Gobierno, Juan Carlos Fulgencio, el 66% de los accidentes mortales de la Comunitat se registró en estas vías y la velocidad inadecuada fue «la causa concurrente en uno de cada cinco de los siniestros». Así, los 21 fallecimientos de Castellón que tienen su origen en la red secundaria se suman a los 39 de Valencia y los 27 de Alicante.

A escala estatal, en el 2018 fallecieron 877 personas en estas carreteras. El accidente más frecuente fue la salida de la vía, que representa el 40% de los siniestros mortales --siete de ellos en Castellón--, seguido de las colisiones frontales, con el 27%.

Desde la DGT recuerdan que a mayor velocidad, más recorrido necesita un coche para detenerse. En condiciones óptimas de vehículo, carretera, conductor y atmosféricas, Tráfico destaca que un vehículo que circula a 90 km/h precisa 70 metros para pararse por completo, mientras que a 100 km/h la distancia se eleva a los 84, una anchura superior a la de un campo de fútbol.

Otro de los aspectos que pretende reforzar con este límite rebajado es aumentar el campo de visión de los conductores.