Cómo comunicar a un paciente que tiene cáncer? ¿Cómo transmitirlo a los hijos? ¿Cómo lo encaja la sociedad? Estas cuestiones se abordaron en la tertulia de pacientes y especialistas dentro de la Jornada Gido, que reunió en la Universitat Jaume I a más de un centenar de especialistas en torno al cáncer de pulmón. El oncólogo Francisco Aparisi señaló: «Nadie nos ha hecho un curso sobre comunicar malas noticias». Sin embargo, estos profesionales han aprendido a hacerlo a lo largo de su ejercicio laboral. Alfredo Sánchez, coordinador científico, apelaba a transmitir confianza en el médico, en trabajar junto con el paciente. «Naturalidad y sencillez. Si te transmiten confianza te pones en sus manos», explicaba Enrique, un paciente. Trato personal, dar la mano, presentarse por el nombre, intentar que verbalicen, eran algunos de los mensajes expuestos.

También se habló del proceso de asimilar una patología que en el peor escenario podría conducir a la muerte. Algunos preguntan: «¿Cómo se lo digo a las personas que son importantes para mí, a mis hijos...?». Otros intentan asumir el rol de paciente y patriarca, intentando que la familia no se desmonte. Mientras Sixto Barberá, vicepresidente de la junta provincial de la asociación contra el cáncer, considera «fundamental los tratamientos psicológicos, la educación física y la dieta». Igualmente, la psicóloga clínica Aurora Vicente incidió en la importancia de la atención psicológica al paciente y a su familia, y de contar con equipos multidisciplinares. Vicente expuso que algunas personas sufren trastornos adaptativos, pues la enfermedad provoca reajustes en el trabajo, la economía, vivienda...

Esta psicóloga clínica defiende que los enfermos «sean activos, que busquen información en sus médicos, y que la demanda de conocimientos cambia con el paso del tiempo». Dolores Chover, enfermera oncológica, explicó que cuando llegan a consulta lo hacen siempre preocupados. Los 15 días que van desde que se han hecho la prueba son horribles. Pero si tienen una buena noticia del TAC, pueden olvidarse de preguntar que tenían los pies hinchados y era algo que les preocupaba.

Enrique apuntaba que «hay gente en la calle que te trata como si fuera contagioso y otros no hablan de ello. «Lo más funesto es la lástima», resaltó.

Y es que persiste el estigma: «Hay gente valiente, pero aún hoy en día hay quienes no quieren salir a la calle porque temen que se sepa que están enfermos o que, si van por la calle con el pañuelo y los miran, creen que es porque le han mirado la cabeza», expuso Chover. «Es lo que imaginan, no lo que la gente piensa», matizaba Vicente.

Aparisi explicaba: «El cáncer de pulmón no ha salido del armario, seguimos anclados en percepciones de hace muchos años y necesitamos gente que dé la cara». Otros tumores, como el de mama, tienen más publicidad.

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