La solución para evitar la marcha de castellonenses jóvenes formados resulta compleja y transversal, según los expertos. Es necesario cambiar el actual modelo productivo y apostar en firme por fomentar la creación de empresas dedicadas a la tecnología y a los nuevos campos laborales, ya que, en la mayoría de los casos, esto se traduce en empleos cualificados a los que van asociados buenas condiciones económicas.

Otra medida a desarrollar pasa por apostar por la investigación, a través de programas de ayuda, evitando que los jóvenes investigadores y docentes tengan que desarrollar sus pesquisas en el extranjero.

En la práctica, si un joven encuentra una actividad que se adecúa a sus necesidades podrá fijarse un plan de vida y formar una familia. Aspecto crucial para evitar el descenso de población que padece Castellón.

Otra característica que no juega a favor de la provincia es el hecho del continuo abandono que sufren las comarcas del interior, donde la despoblación crece sin ofrecer a sus jóvenes alternativas que les permitan desarrollar su proyecto vital. «Es necesaria una planificación y voluntad política ante la preocupante situación de las zonas rurales», señala la experta en Geografía Humana Ana Isabel Ejarque.

«Necesitamos buscar nuevas fórmulas de ocupación y de distribución económica», apunta Ejarque, quien recuerda la continua crisis que atraviesa el sector citrícola o la «sobreexplotación» del modelo turístico de sol y playa, que provoca que ya no se esté generando tanta ocupación como sucedía antaño.