La alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, enviará una carta al embajador rumano en España para trasladarle la queja de la ciudad por el anunciado cierre del consulado de Rumanía en la capital de la Plana. «La comunidad rumana en Castelló debe seguir contando con los servicios que presta el consulado en la ciudad y que, si se confirma el cierre, serán prestados a partir de ahora en la ciudad de València», indicó.

Marco destacó el elevado número de residentes de origen rumano que viven en Castelló. A pesar del efecto de la crisis económica, que ha propiciado el regreso de un gran número de rumanos a su país, lo cierto es que existe una población numerosa en la ciudad que se ha asentado en las últimas décadas y que «son unos castellonenses más».

Apuntó que la clausura afectará a miles de usuarios, que deberán desplazarse a València para hacer determinados trámites administrativos relacionados con su país. «El Gobierno rumano debe reflexionar y comprender que la decisión afectará a miles de personas», indicó Marco. Por ello, abogó por una solución que «no sea tan traumática para los rumanos castellonenses».

«Lamentamos la decisión de las autoridades de Rumanía, al tratarse de un cambio que afecta a miles de personas residentes en nuestra ciudad. La comunidad rumana cuenta con nuestra solidaridad, y la de toda la corporación municipal, y manifestamos nuestro rechazo a los cambios que se proponen en la sede consular», afirmó la munícipe.

La provincia llegó a acoger hasta 90.000 ciudadanos de origen rumano a principios de la década, aunque el número fue cayendo hasta 38.000, de los que la mayor parte vive en la capital.