Habrá otros parques temáticos tan baratos como el Parc del Trenet de Benicàssim, pero seguro que ninguno rebaja su precio, pues la entrada al recinto es gratuita. Por cero euros se puede acceder así a un enclave que cuenta con todos los ingredientes para disfrutar en familia. Amplias zonas verdes a escasos metros del mar conviven con columpios y con una estación de tren a escala cuidada al detalle gracias a los miembros de la Asociación Cultural del Ferrocarril de Farja, unos apasionados de los trenes que desinteresadamente donan su tiempo y esfuerzo para el disfrute del personal.

«Mi vocación frustrada es la de ser profesor. Ya estoy jubilado, pero he trabajado toda la vida como técnico de gas y ahora con esto puedo combinar mis dos pasiones, la de los trenes y la de enseñar a los niños», confiesa uno de los protagonistas de esta 'joya' benicense, el secretario de la asociación Eugenio Burriel, que dirige el tráfico ferroviario del parque desde su cuidada sala de máquinas (imagen inferior).

No menos apasionado que Burriel, el tesorero Álvaro Bergol confirma la aceptación que este Parc del Trenet está teniendo desde que comenzó a funcionar en el 2004: «Aproximadamente vienen unas 15.000 personas al año. Normalmente son niños, los mayores aficionados a los trenes, con sus padres». Bergol admite que el principal flujo de gente se da en verano, cuando el parque amplía su horario de visitas. Durante todo el año los trenes circulan los domingos de 10.00 a 13.00, mientras que en julio y agosto se amplía el horario a martes, jueves y sábados de 18.00 a 21.00, con alguna circulación especial nocturna y en festivos de 10 a 13.00 horas.

«Hay pasajeros de todas las nacionalidades. El billete que cobramos por viaje es un donativo de un euro, que utilizamos para mantener el material de los trenes, que están construidos por nosotros y hay que pagar además el carbón de la locomotora, así como el combustible de los trenes. Aquí nadie cobramos nada, sino que pagamos por ser socios y cedemos nuestro tiempo», añade Álvaro Bergol. Los miembros de la asociación cuidan al máximo la seguridad de los pasajeros y hay que destacar que nunca se ha registrado un accidente.

Como no podía ser de otra forma, en este parque dedicado al tren que cuenta con una vía principal de 935 metros existen un sinfín de locomotoras a escala. Las hay que funcionan a vapor y cuyo combustible es el carbón: «Llama la atención que hasta manchan de hollín». También existen réplicas de la Panderola, así como una cabina de AVE o un Talgo. «El 'manitas' es Luis Sales, un magnífico electromecánico que además es vicepresidente de la asociación y también es un artista con las gaiatas», afirma Burriel.

El germen de esta asociación que preside Ximo Nebot se encuadra en la Asociación Amigos del Ferrocarril de Castellón, constituida en 1978: «Cuando nos vinimos a Benicàssim al principio teníamos una pequeña vía donde está el polideportivo, pero dimos el gran salto cuando el Ayuntamiento nos cedió este recinto, el Parc del Trenet». De hecho, actualmente cuentan con carriles de cinco pulgadas y siete y un cuarto, para que la gran variedad de trenes existentes puedan circular sin problema en un recorrido que pasa por los bonitos jardines, dos túneles...

El parque situado en la Carrer Font Pollosa, 13, es visitado de forma periódica por los colegios de toda la provincia, cuenta además con un poste de telégrafos frente al depósito de locomotoras que data de inicios del s. XX, así como con un coche de pasajeros 12.000, un vagón real que cuenta con una peculiar historia y un deseo: «Lo trajimos de Málaga porque lo iban a desguazar. Nos gustaría que lo convirtieran en una cafetería. Es lo que nos falta». Desde aquí no podemos más que recomendarles que se acerquen a este punto. No se arrepentirán.