Un grupo de estudiantes (de 20 a 30) se manifestaron ayer viernes en València en protesta por el polémico examen de Matemáticas II de selectividad. Una cifra mínima teniendo en cuenta que más de 40.000 personas se sumaron en pocas horas a la protesta en internet sobre una prueba que realizaron 9.000 alumnos.

Ante ello, la directora general de Universidades, Josefina Bueno, pide «calma y prudencia en un mundo en el que todo se viraliza y en el que la vida va tan deprisa como los tuits, una anomalía con la que hay que convivir».

Añade que la comisión gestora de las pruebas de acceso a la universidad (PAU) analizará si «la percepción» de excesiva dificultad de la prueba obedece a «algún fallo». Ya la víspera, el coordinador de las PAU, Antoni Gil, descartó anular el examen y volverlo a repetir, alegando que no sería justo, y reiteró que no había nada irregular, explicaciones que el Consell dio por buenas.

Por su parte, el president en funciones, Ximo Puig, lamentó que haya gente que aproveche esta situación para pedir que se recentralice el Estado.

Ayer la Confederación Gonzalo Anaya defendió un debate no solo para evaluar y mejorar las PAU, sino la calidad de la educación, y llegó a plantear si realmente es necesario que haya una selectividad y si se ha de limitar el acceso a la universidad, sugiriendo por qué no puede seguir una carrera todo aquel que lo desee.