Quién le iba a decir a Joaquín cuando jugaba en Vila-real con un simulador de aviación en su ordenador que años más tarde podría convertirse en piloto de aviones. A sus 24 años este joven que trabaja de auxiliar de vuelo para poder pagar de su bolsillo el curso de piloto está muy cerca de cumplir su sueño. Emigró hace cuatro años al Reino Unido para compaginar sus estudios con su faceta laboral y al margen de viajar por todo el mundo está dando todos los pasos necesarios para alcanzar su objetivo.

Joaquín Aroca Collado cambió Vila-real por Crawley, una población situada al sur de Londres, comunicada en unos 40 minutos en tren con la capital inglesa, y pese a que echa de menos “el sol y la comida del pueblo, especialmente el jamón”, no se arrepiente de la decisión tomada. “Estoy muy satisfecho con mi trabajo, que me permite levantarme en Estocolmo, comer en casa en Inglaterra y dormir en Vila-real”, admite. Como auxiliar de vuelo de la aerolínea noruega Norwegian Air, sus funciones pasan por las de “cuidar la seguridad de los pasajeros y hacer servicio de a bordo”, una actividad laboral que desarrolla mientras prosigue con los cursos de pilotaje: “La primera etapa para ser piloto privado está casi concluida, solo me queda un examen. Después tendré que estar dos o tres años más para llegar a ser piloto comercial y ya haré prácticas en alguna compañía aérea”, confiesa.

Si estás interesado en seguir sus pasos, el vila-realense, que tras cursar Bachillerato en el Instituto Francisco Tàrrega ya pasó directamente a estudiar en una academia privada para ser piloto, avisa de lo siguiente: “No hace falta estar licenciado, pero sí necesitas tiempo y dinero. En estos años me tendré que gastar unos 80.000 ó 90.000 euros, pero es lo que quería hacer y vale la pena”.

-¿Cómo decidió emprender la aventura de viajar a Reino Unido?

-Siempre quise ser piloto. Ya trabajé de auxiliar de vuelo en España en la compañía Vueling, pero cuando terminó mi contrato busqué ir al Reino Unido porque podías prosperar más y los sueldos eran mejores.

-¿Le fue fácil la adaptación al país?

-En general sí. La vida aquí es similar a la de España, pero con más nubes. Nací en Vila-real y tengo un apartamento en Burriana, así que siempre estaba rodeado de sol, pero sinceramente me gusta el clima inglés porque soy más de montaña que de playa.

-¿Le está afectando el Brexit?

-Sinceramente sí afecta porque cobramos en libras y al cambio estamos perdiendo unos 400 euros al mes. El nivel de vida en el Reino Unido es más caro, pues una cerveza puede costar unos cinco o seis euros, pero también se cobra más.

-¿Qué es lo que más le ha llamado la atención desde que llegó al Reino Unido?

-Lo típico, que conducen al revés. Después su carácter es similar al nuestro. Si no les conoces parecen más cerrados, pero al menos donde vivo el ambiente es muy normal.

-¿Qué es lo que más echa de menos de Vila-real?

-Obviamente la comida. El jamón y la vida que hay por ejemplo en Vila-real, donde te puedes encontrar gente a cualquier hora tomando algo en las terrazas. En Inglaterra hay, pero menos ya sea por el tiempo o porque a las doce de la noche está todo cerrado.

-¿Qué destacaría de la gastronomía inglesa?

-Es muy limitada. Hay poco más allá del fish and chips y el pollo tikka masala, que encima es indio.

-¿Recomendaría vivir en Crawley? ¿Y visitarlo?

-Sí recomendaría vivir aquí. Es una ciudad dormitorio con buenos parques y que evita las aglomeraciones de Londres. Para hacer turismo, mejor ir a Liverpool, Manchester o sobre todo Londres, que tiene de todo.

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