El verano comienza oficialmente mañana, viernes 21, con una previsión de temperaturas más altas y varias olas de calor sobre Castellón. Y será sobre todo en el mes de julio, "más caluroso de lo normal, con registros que rondarán los 30 grados o más". Lo dice José Quereda, catedrático de Climatología de la Universitat Jaume I (UJI), que incide en que los registros excesivamente altos todavía no han llegado a Castellón. Será a partir del domingo cuando se espera que se registre un aumento de los valores debido a la llegada de una masa de aire muy cálida procedente de África, que elevará la temperatura en la provincia, en el litoral y el interior.

Con la entrada de la nueva estación, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) avanzó ayer que el termómetro irá subiendo a partir del domingo conforme pase la semana, con el techo el martes y el miércoles, cuando se podrán alcanzar y superar los 31º, eso sí, apaciguados por la brisa marina, que está más fresca este año por la baja temperatura del mar Mediterráneo.

Quereda pone el acento en que "se vivirán varias olas de calor, principalmente en julio, y con valores altos pero acordes a la estación estival en agosto", por la situación anticiclónica.

UNA PRIMAVERA MÁS HÚMEDA //

Aemet ha hecho balance de la primavera climatológica (meses de marzo, abril y mayo), que ha sido muy húmeda y térmicamente normal, la precipitación media, 184.4 l/m2, es un 40% superior a la del promedio climático del periodo 1981-2010 (131.0 l/m2), y la temperatura media ha sido 13.7ºC que es 0.1ºC más alta que la del promedio normal (13.6ºC).

Gran parte de la estación las temperaturas estuvieron oscilando alrededor de los valores normales. El día más cálido del trimestre fue el 10 de mayo, y fuera del trimestre primaveral, ayer día 19 de junio fue el más cálido de lo que llevamos de año.

Ha sido la primavera más húmeda desde 2013. Normalmente, cuando una primavera resulta húmeda es debido a que en el trimestre ha habido muchos días de lluvia. La persistencia, más que la torrencialidad, es la característica más notable de las lluvias primaverales. Sin embargo, en el caso de la primavera de 2019, casi el 90% de las precipitaciones se acumularon en dos episodios, el primero el del día 31 de marzo, y el otro, el más destacado del trimestre, fue el temporal de levante de la Semana Santa, entre los días 18 al 22 de abril, durante el cual no sólo hubo precipitaciones persistentes que llegaron a tener intensidad torrencial, sino también mucho viento y olas de 4 metros en aguas costeras.

UN AÑO HIDROLÓGICO MENOS SECO //

El actual año hidrológico, y hasta el 19 de junio, está teniendo un carácter húmedo en la Comunidad Valenciana, con una precipitación media que es un 14% superior a la del promedio climático del periodo 1981-2010, pero concentrada en tres episodios, uno a mitad de octubre, otro a mitad de noviembre y el tercero a mitad de abril, y entre el temporal de noviembre y el que se registró el 31 de marzo hubo una ausencia casi total de precipitaciones, de forma que el invierno pasado fue el más seco de la serie.

Desde el 1 de octubre las precipitaciones están por encima de la media en el 80% del territorio, y son deficitarias en el 20%. La zona de déficit ocupa más extensión en el interior de Valencia, donde los 3 temporales de lluvia del año hidrológico no tuvieron la intensidad que tuvieron en la franja litoral.