Castellón necesita poner freno a la despoblación del interior y fortalecer su industria ante los envites internacionales --guerras comerciales de China y EEUU y la incertidumbre con el Reino Unido por el brexit-- como temas más urgentes, tras el diagnóstico emitido por el Comité Económico y Social de la Comunitat (CES-CV) en su memoria del 2018 presentada ayer. Mejorar la financiación del Estado es clave para activar más políticas de apoyo al tejido productivo y social, al tiempo que se fomenta la contratación indefinida, otra asignatura pendiente que supone un lastre.

Castellón lidera el éxodo rural en la Comunitat, con un litoral que concentra la población y un interior necesitado de empleo estable, que podría llegar de la agricultura, y la necesidad de poner en marcha transporte público. «No hay buenas comunicaciones del territorio y eso afecta», señalan los expertos. «Los problemas de Castellón son estructurales, faltan infraestructuras. Con una financiación autonómica justa por renta, población y peso económico, creceríamos más», indica el actual presidente del CES-CV, Carlos Luis Alfonso.

El responsable de este informe elaborado en coordinación entre empresas, sindicatos e instituciones, añade que la economía de la Comunitat siguió creciendo en el 2018, aun ralentizada por la situación mundial y los ingresos estatales insuficientes.

CONTEXTO MUNDIAL / «El contexto global afecta a los sectores exportadores, los más dinámicos, como son la cerámica y el automóvil. Puede llegar a ser un factor de riesgo», declara Alfonso. Con todo, indica que la visión es «optimista», porque en general «las políticas públicas funcionan mejor, los empresarios resisten bien y los trabajadores contribuyen mucho al avance». Eso sí, desde el CES-CV alertan de que «hay bolsas de marginación a las que hay que prestar atención, así como a la dificultad del acceso a la vivienda de los jóvenes, que es un problema muy serio».

Cambiar el modelo productivo es otro reto, así como intensificar la apuesta por una economía basada en el conocimiento, las nuevas tecnologías y modernización de la industria. Un hándicap al que prestar atención es el tejido de micropymes, más débil, con pocas grandes empresas.

En cuanto a la subida salarial, Alfonso reconoce que «los salarios suben, pero hay una necesidad de que sea mayor, porque estimula mucho el consumo interno y es fundamental en un momento de restricción de la demanda internacional y la exportación». El portavoz de las asociaciones empresariales y vicepresidente del CES-CV, Ricardo Miralles, apunta que pese al freno por factores externos, la economía ha crecido y se han creado más de 48.000 empleos en la Comunitat, bajando la tasa de paro por debajo de la media nacional. «Hace falta un modelo productivo más robusto, más inteligente y más inclusivo», indica.

Por su parte, la vicepresidenta del CES-CV por los sindicatos, Elvira Ródenas, insta a recuperar los salarios mermados por la crisis, la desigualdad de género y la violencia machista. «En el 2018 aumentaron las denuncias de familiares de las víctimas y hay especial sensibilización», dice.