Han pasado 24 años desde que el socialista Francisco Solsona dejó la presidencia de la Diputación, casi dos décadas y media de gobiernos del PP encadenados, primero con Carlos Fabra y en los últimos ocho, con Javier Moliner al frente y, desde ayer, el alcalde de Suera, del PSPV, recupera para su formación la dirección del ejecutivo provincial.

Aunque el modelo de las primeras legislaturas populares poco o nada ha tenido que ver ya con el de las dos últimas, los socialistas, en coalición con Compromís, se plantean otro muy distinto, que no arrancará completamente hasta que estudien todas las áreas, departamentos y organismos con los que cuenta la Diputación ahora, depuren con el asesoramiento de los técnicos qué competencias son propias, cuáles impropias, y etiqueten, además, todo aquello que estaría en tierra de nadie.

A partir de ahí, se planea la cesión de no pocos departamentos, a la Generalitat valenciana, fundamentalmente, pero también a la administración central, si ese es el camino legal.

Los primeros pasos

Por ahora, el equipo de gobierno tiene por delante unos días para decidir cómo distribuye las áreas que quedan para los socialistas. Ya está firmado que los nacionalistas Ignasi Garcia y Mª Dolores Parra se ocuparán de Transición Energética, Ciclo Integral del Agua y Residuos, así como las parcelas de Promoción Económica, Formación y ocupación, y también Programas Europeos.

Con la idea de que haya como máximo dos vicepresidencias, solamente de representación --de haber una, probablemente la cubrirá una diputada--, se definirá un esquema que será aprobado en un próximo pleno, con el que la undécima legislatura arrancará de hecho, si bien el verano y su agosto de inactividad pública frenará el proceso de cambio efectivo hasta al menos el comienzo del próximo curso político, ya en el mes de septiembre.

En todo caso, será un esquema necesariamente provisional, al menos en la medida de que los nuevos gestores del palacio de las Aulas sean capaces de materializar la cesión de competencias que afirman están deseando llevar a cabo en esta legislatura.

Áreas que prevén ceder

Entre las prioridades de las áreas de las que PSPV-PSOE y Compromís esperan aligerar a la Diputación, destaca el Hospital Provincial, si bien temen que las dificultades técnicas conviertan la iniciativa de integrarlo en la red autonómica en un trabajo para los cuatro años de mandato.

Deportes, Turismo y Cultura, con sus correspondientes patronatos y activos como el complejo de Penyeta Roja son también claros objetivos de cesión a la Generalitat valenciana. De hecho, el president Ximo Puig ya intentó intervenir en mayor medida en estos campos, sin lograrlo. El nuevo ejecutivo tampoco ve con buenos ojos la Escuela Taurina de la Diputación y se plantea qué hacer con otros elementos como el castillo de Peñíscola, los mataderos o las plantas de purines, entre muchos otros asuntos que ahora gestiona la institución provincial. En el modelo de José Martí y su gobierno se fijan los municipios de interior como prioridad. Falta ver cómo se ejecuta ese objetivo en la práctica, al igual que otro eje, el de la concertación con lo local.