El Grau de Castelló protagonizó ayer, en el marco de las fiestas de Sant Pere, el segundo encierro de toros cerriles de su historia, 13 años después de que se organizara el primero, en el 2006. Desde las once de la mañana barreras y balcones estaban llenos a la espera de empezar la entrada de las reses de la ganadería de Torrealta Medina Sidonia, de Cádiz.

Aproximadamente 10 minutos después de la hora programada (11.30 h.) aparecieron los seis toros, con tres cabestros, tras el portón de la calle Barceló, para dar comienzo al encierro. Con la manada agrupada, los ejemplares corrieron hasta llegar a la calle Trafalgar, donde está instalado el corro. La carrera fue animada, pero sin incidentes. Solo un joven resultó herido leve, por una contusión en el tórax y la rodilla tras caer en el recinto, según informaron los servicios sanitarios.

La jornada taurina se completó con el toro de la tarde, de la ganadería Miguelin de San Roque (Cádiz). Un astado que embistió a un trabajador del mar, ucraniano, que estaba en el Grau tras atracar el barco en el que faena en el puerto de Castelló. Según explicaron testigos del incidente, el animal corneó al hombre entre el muslo y el gluteo en una trayectoria extensa, después de que este no acertara a esconderse rápidamente en el cadafal. La cogida se produjo alrededor de las 20.00 horas, cuando solo quedaba una vaca por soltar, que ya no salió al suspenderse la exhibición de la tarde por el incidente. El varón, que presentaba una herida muy grave, fue trasladado de inmediato por los sanitarios al Hospital General de Castelló, donde fue operado de urgencia.