De tirarse agua por encima a defecarla. Internet es un ‘océano’ de retos que se vuelven virales simplemente por diversión y visualizaciones. En la Comunitat Valenciana ya han habido varios casos en lo que va de verano de heces en piscinas. Ahora ha sido en Segorbe, donde el Ayuntamiento se ha visto obligado a cerrar la piscina de Segóbriga Park tras encontrar restos fecales en las aguas.

El parque ha abierto de nuevo hoy jueves a las 13:15 horas, pero lo cierto es que no es la primera vez que esto ocurre en el municipio, pues el miércoles de la semana pasada el parque cerró sus puertas por el mismo motivo. Los trabajadores del Segóbriga Park cuentan que en 19 años “no había pasado nada similar” y que es una “putada”. El nuevo desafío de ‘hacer caca’ en piscinas públicas puede ser insalubre, según expertos e incívico, como confirma el Ayuntamiento de Segorbe.

Además, los que hacen este tipo de retos y los consideran graciosos son jóvenes de 12 a 16 años y de momento, localidades como Catarroja, Massanassa y Tavernes Blanques ya han sufrido las consecuencias de tener flotando entre sus piscinas alguna que otra caca.

Este reto es más peligroso de lo que parece. El agua estancada es un foco de bacterias, por ello se echa cloro en la piscina, y si crece el número de bacterias por la ‘caca’ puede ser letal para la salud. Asimismo, las tareas de desinfección consisten en echar químicos en el agua y aumentar el nivel de cloro.

El precio de la fama y las risas

Los creadores de contenido tienen una influencia inabarcable y son los más pequeños los que suelen estar más motivados por ellos a hacer este tipo de desafíos.En algunos casos, la influencia puede ser positiva, como el Trash Challenge, un reto viral que ya ha llegado a Castellón y que tiene implicado a cientos de millennials. Aunque también hemos visto como los desafíos virales se han llevado vidas de gente, como por ejemplo el reto de estrangular a gente hasta la inconsciencia .

Las visitas dan fama y ser popular hoy en día es el mejor de los dineros. Por fama, hay quien se cuelga de un rascacielos con una cámara sobre su cabeza arriesgándose a morir. También hay quien, definitivamente, fallece al ingerir insectos sin remordimientos. Tan solo por un poco de renombre en la esfera digital.

Ahora es defecar en las piscinas, por las risas o por la fama. Aún así, se hace un llamamiento a la cordura y al civismo desde los distintos lugares afectados, ya que son sitios para disfrutar el verano en familia. Aguas donde se bañan pequeños y mayores. Y volverlas a acondicionar tras encontrar restos fecales supone un coste que, en caso de utilizar la cabeza y razonar, sería innecesario.