Tras el boom de los estudios nocturnos en los años 90 y un repunte en los años de la crisis, Castellón ve en los últimos años cómo estos estudios van a menos. Y más en la Formación Profesional (FP), donde el crecimiento de la demanda no toca techo curso tras curso. En junio, apenas 200 alumnos habían optado por esta modalidad, en cinco institutos de Castelló, la Vall y Benicarló, un 20% menos que en el 2015, cuando fueron 264, en un retroceso continuo que marca que esta modalidad de ciclos formativos está en peligro de extinción. Fueron 253 en el 2016/17, y 212 en el 2017/18, según la Conselleria de Educación. Apenas suman un 2% de estudiantes técnicos de Castellón, 10.134 en total.

Y todo esto, en el contexto del nuevo impulso a la FP de la Conselleria, que abrirá por las tardes los institutos a la formación de empresas, del Labora y del reciclaje profesional, como publicó ayer el periódico Mediterráneo.

Lo que más demanda tiene es, por ramas, la de Administración y Gestión, con los grados medios de Gestión Administrativa -17- y el superior de Administración y Finanzas -76-, que se pueden hacer en el Botànic Cavanilles valldeuxense, el Coromines benicarlando, y el Caminàs de la capital.

No obstante, lo que más alumnado atrae es la rama sanitaria, una de las que curso tras curso están en el top de las más demandadas ya en horario normal, por las mañanas, y que tiene su reflejo en el horario extraordinario, únicamente en el Matilde Salvador de Castellón, con 57 alumnos en Cuidados Auxiliares de Enfermería, de grado medio. Y, entre lo que más reclaman las empresas, sobre todo en el entorno 4.0, resalta Sistemas Electrotécnicos y Automatizados, en los que recalan 17 estudiantes en busca de estudios profesionalizantes.

CAMBIO DE PERFIL // Las cifras se trasladan al aula, además, con «un cambio de perfil». «Hace unos años, ni una década, los que optaban por los estudios nocturnos eran alumnos de 40 años de media, que trabajaban de día y querían estudiar para mejorar o para tener una titulación, y ahora vemos gente más joven, de 25 o menos, que, o bien no puede acceder al diurno por falta de plazas o porque el horario les va mejor», según fuentes del equipo directivo del Matilde Salvador, donde conviven «más cohesionados, por la ratio de los grupos», señala, «estudiantes no solo de Castellón, sino de media provincia».