El verano trae consigo las vacaciones escolares de los más pequeños de la casa. Y, cada vez más, los padres tienen que ingeniárselas para compaginar la vida laboral y familiar. Durante esta estación del año, los que deciden llevar a sus hijos o hijas a escuelas de verano ya las tienen contratadas, incluso, desde hace meses, y normalmente no supone ningún problema el llevar a los niños al centro por el que se han decantado para que disfruten con sus amigos de los largos días estivales.

Pero, ¿qué ocurre cuando en la familia hay un miembro diagnosticado de Trastorno del Espectro Autista (TEA)? ¿Qué pasa con este niño o niña que ha acudido todo el curso escolar a un colegio ordinario dotado de apoyos y profesionales cualificados? Es por ello que el centro de intervención y diagnóstico Tea-Cast ha impulsado durante este mes un proyecto piloto para incluir a los niños con este trastorno en las escuelas de verano ordinarias, formando a monitores y ofreciendo toda la ayuda posible.

El hecho es que los más pequeños han podido disfrutar durante nueve meses lectivos en el colegio junto a sus compañeros, que acuden a escuelas de verano donde los niños y niñas que padecen TEA tienen las puertas cerradas. La directora del centro Tea-Cast de Castelló, Patricia Bort, denunció que, en el mes de marzo, cuando en casa no te planteas todavía buscar una escuela de verano, las familias afectadas sí empiezan ya a llamar a puertas, a pensar y a realizar cálculos de vacaciones entre todos para poder prestar atención a su hijo o hija, que tendrá varias alternativas.

Una de las opciones sería pasar los dos meses de vacaciones en casa junto a sus progenitores, que se han cuadrado las vacaciones para poder atenderle y de esta forma romper la conciliación familiar; otra, buscar un cuidador especializado que quizás no se puedan permitir económicamente; o, también, matricular al infante en una escuela de verano de educación especial pese a que sus compañeros de clase asisten a otras.

Si bien los estudios reflejan que el aprendizaje del niño con autismo no debe ser en solitario, sino que lo óptimo es crear una atmósfera inclusiva, entendiendo y descubriendo la comunicación, y con grandes dosis de empatía, nos encontramos con que las familias que han intentado llevar a sus hijos o hijas a escuelas de verano, han obtenido dos respuestas. Un no rotundo de antemano sin dar ni siquiera la oportunidad, o el rechazo a los pocos días de comenzar la escuela, en ocasiones afirmando frases tales como «tu hijo no está a la altura de nuestras actividades», dejando al niño fuera del recurso donde le aseguraron que pasaría todo el mes de vacaciones, asegura Bort.

Desde el centro de intervención y diagnóstico Tea-Cast, «siempre hemos apostado por la inclusión, tanto educativa como social, trabajamos en ambientes naturales, creando una plena convivencia entre todos los niños y niñas, sin existir diferencias», afirma la directora. Es por ello que este año, como proyecto piloto y pionero, el centro ha impulsado un plan de inclusión para los niños con TEA, en colaboración con la fundación La Caixa y la empresa de gestión deportiva Iocum. Así pues, Tea-Cast se ha encargado de formar a los monitores de Iocum en el tratamiento a pequeños con este trastorno, logrando que cinco niños con TEA de diferentes edades comprendidas entre los 3 y los 8 años, se hayan matriculado en la escuela de verano ordinaria.

Implicación y formación

Desde la asociación, y para beneficio de las familias, se ha ofrecido formación en base a este trastorno dirigida a los educadores del centro deportivo. En efecto, se ha dotado de tres psicólogos-monitores totalmente gratuitos que, según Bort, «trabajan de forma coordinada con los monitores de la empresa de gestión deportiva y, de esta forma, los cinco niños están disfrutando de las actividades de una escuela de verano como el resto de sus compañeros de colegio, y sus familias han pagado el mismo precio que el resto de inscritos, evitando de esta manera desembolsar grandes cantidades de dinero para contratar cuidadores especializados». Y es que la inclusión en la escuela ordinaria del alumnado TEA es básica para su futuro desarrollo personal y profesional.

Cabe recordar que el Trastorno del Espectro Autista es una alteración de origen neurobiológico que afecta a la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral, con dificultades en dos áreas principalmente: la comunicación e interacción social, y la flexibilidad del pensamiento y de la conducta.

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